La empresa alicantina Germaine de Capuccini, en colaboración con investigadores especializados, están trabajando en lanzar al mercado el primer envase de tubo de plástico biodegradable para cosmética. Esta iniciativa se enmarca dentro de la política de mejora medioambiental de la firma, apostando por marcar una nuevo hito en el progreso sostenible de sus productos.
Para esto, la empresa, con la colaboración del consorcio formado por Ainia Centro Tecnológico y Aimplas, así como del fabricante de envases Petroplast y de la empresa de materiales Ferro, está analizando la conexión de desiguales bioplásticos con tres estilos de productos cosméticos: un principio activo de vitamina C, un filtro de salvaguardia solar y una crema facial multiprotección elaborada a partir de té blanco ecológico, explica Ainia en un aviso.
Asimismo, se está estudiando la conexión de 20 combinaciones de materiales biodegradables, desde derivados de PLA (material biodegradable procedente de la fermentación de la glucosa o del almidón) hasta nanoarcillas con los tres productos cosméticos elegidos.
Pruebas de compatibilidad
Actualmente se están haciendo pruebas de compatibilidad de los cosméticos seleccionados con las distintas mezclas de materiales biodegradables y se van a comenzar en pequeñisimas muestras las primeras pruebas piloto.
Este envase será creado por Petroplast , una de las primordiales empresas en el progreso de tubos plásticos para distintos niveles, como son el cosmético y farmacéutico. Para perfeccionar este último envase, Petroplast va a acomodar su procedimiento industrial de creación a las recientes especificaciones del material biodegradable.
Por su parte, la empresa Ferro tiene la facultad de perfeccionar la mezcla ajustada de materiales biodegradables, de tal forma que el material resultante permita ser procesado en forma de tubo y conservar con mucha capacidad las propiedades de los productos cosméticos durante toda su vida.
Los medios tecnológicos Ainia y Aimplas, dentro de su alianza estratégica, entregan soporte técnico a las empresas del consorcio, aportando su know-how y pruebas en tecnologías del envase. Este proyecto ha sido financiado por el CDTI en su convocatoria de colaboración entre empresas.
Consiguen fabricar el primer biotubo para cosmética
a base de maíz, remolacha y azúcares