Felicidad Carrera, una de las profesionales con más prestigio del sector y con más de treinta años de experiencia, nos detalla en esta entrevista las principales novedades del sector y nos ofrece su visión del mundo de la estética.
Beauty Market: ¿Qué ofrece Felicidad Carrera a sus clientes?
Felicidad Carrera: En nuestros centros resolvemos con naturalidad y sin artificios los problemas estéticos de las personas, resaltando siempre su propia belleza, además de prevenir su futura aparición.
B.M.: ¿En qué se diferencia de otros centros?
F.C.: En nuestro propio método de trabajo, que busca la innovación, la eficacia y la calidad en todos los tratamientos que ofrecemos, apostando por la belleza integral de cada persona. Nuestro protocolo de trabajo siempre comienza con un minucioso diagnóstico en el que valoramos todos y cada uno de los aspectos del rostro o de la figura que podemos mejorar o tratar de forma preventiva. Una vez analizados estos datos, diseñamos y aconsejamos un programa integral personalizado que incluye todos los tratamientos que necesita esa persona.
B.M.: ¿Cómo se consigue estar a la última de los tratamientos más innovadores del mercado?
F.C.: Buscando siempre nuevas tecnologías aplicadas a la estética, las técnicas más eficaces y los cosméticos más avanzados. Creo que para triunfar es necesario un carácter emprendedor y mucha capacidad de trabajo, porque nuestra profesión es muy bonita y gratificante, pero también difícil y de absoluta dedicación.
B.M.: ¿Cuál es el tratamiento estrella de Felicidad Carrera?
F.C.: No tenemos uno como tal, sino varios. Las técnicas de medicina estética, las consultas de nutrición y los tratamientos corporales, como Cyclone, o Smoothshapes, son hoy los más demandados. Pero también tenemos muchos clientes asiduos a nuestros tratamientos faciales reafirmantes, iluminadores, regeneradores, hidratantes...
Los tratamientos poco invasivos cada vez están más de moda. Nuestros clientes son mayoritariamente mujeres entre 25 y 60 años que trabajan, muy preparadas e informadas y con poco tiempo libre. Y necesitan tratamientos rápidos y poco invasivos, que dejen pocos signos en la piel y que tengan poco o ningún tiempo de recuperación.
B.M.: ¿Cuál es la mejor arma contra el envejecimiento?
F.C.: Cuidar la piel a diario. Hay que ser constantes en tres pasos básicos: limpiar la piel, hidratarla y protegerla del sol. Así ayudaremos a que la piel esté sana, cuidada y protegida de las agresiones externas que aceleran el envejecimiento prematuro.
B.M.: ¿Están de moda los tratamientos poco invasivos?
F.C.: Sí, y cada vez más. Nuestros clientes son mayoritariamente mujeres entre 25 y 60 años que trabajan, muy preparadas e informadas y con poco tiempo libre. Y necesitan tratamientos rápidos y poco invasivos, que dejen pocos signos en la piel y que tengan poco o ningún tiempo de recuperación para que puedan seguir con su rutina diaria.
B.M.: Cuando acude un cliente por primera vez a su clínica, ¿qué es lo primero que hacéis?
F.C.: Lo primero es una entrevista personal, conmigo o con mi hija Leticia, para ver las necesidades reales que tiene y, a partir de ahí, elaboramos un plan de acción combinando tratamientos y tecnología según sus necesidades. Los clientes actualmente conocen bastante bien las posibilidades que les ofrece la estética, se informan, leen y, por tanto, son muy exigentes, por eso y porque nuestro objetivo es conseguir los mejores resultados les ofrecemos lo último y lo más efectivo.
B.M.: Eres es una de las profesionales de más prestigio en el sector pero, ¿cuáles fueron tus inicios en la profesión?
F.C.: Siempre me apasionó el mundo de la belleza, pero mis comienzos profesionales fueron en un campo totalmente distinto, hasta que decidí dejar mi puesto en una multinacional y dedicarme a formarme en la belleza, mi gran pasión. Encontré una magnífica profesora y poco después monté mi primer centro. Los comienzos no fueron demasiado difíciles, quizá porque supe rodearme de un buen equipo y poco a poco fuimos creciendo. Siempre tuve muy claro que quería profesionalizar el sector de la estética.
B.M.: ¿Cómo empezaste a labrarte un nombre?
F.C.: A través del esfuerzo, la dedicación y la búsqueda de la excelencia. Creo que lo que las clientas valoraron de nuestro trabajo fue el empeño en hacer las cosas bien, en buscar las mejores técnicas y tratamientos y además convertir el momento de los cuidados de belleza en un momento de relax. Desde el primer momento cuidamos mucho todos los detalles, con el objetivo de ofrecer ambientes agradables y cómodos. Ser perfeccionista y formarme continuamente han sido dos constantes en mi vida profesional. Treinta años después, mis pilares siguen siendo los mismos.
Creo que la profesión de la estética ha conseguido por fin el estatus por el que algunas hemos luchado durante años, que se valore esta profesión por su rigor y seriedad. Las manos de la esteticista y la cosmética eran lo único con lo que contábamos cuando comencé, ahora hay que estar al día en tecnología para ser eficaz y competitivo.
B.M.: ¿Cuál ha sido el momento clave de tu carrera?
F.C.: Creo que no he tenido un único momento clave, sino varios: cuando decidí dedicarme a la estética, cuando abrí cada uno de mis centros... Y otro momento importante, cuando mi hija Leticia decidió trabajar conmigo, ya que es una gran ayuda.
B.M.: ¿Cómo te definirías profesionalmente?
F.C.: Han pasado más de tres décadas desde que decidí dedicarme a la belleza y creo que sí puedo hacer un balance. Me gusta ser esteticista y me encanta ser empresaria, por eso le he dedicado la mayor parte de mi tiempo a mi trabajo, sacrificando quizá otros aspectos de mi vida. Soy una persona muy luchadora, perseverante, exigente; cuando me marco un objetivo no ceso hasta lograrlo, quizá este sea uno de mis puntos fuertes. Y por otra parte me siento orgullosa de mi profesión, disfruto muchísimo con mi trabajo y no me importa dedicarle muchas horas al día. Aún me quedan muchas metas, ya tengo unos cuantos proyectos a corto y a largo plazo, mi inquietud es infinita.
B.M.: ¿Cuál es tu especialidad?
F.C.: Tenemos varias: la limpieza de piel, los tratamientos de reafirmación facial, los anticelulíticos y reductores corporales,...
B.M.: ¿Te consideras una artista dentro de lo que es tu profesión?
F.C.: Me considero una trabajadora incansable que quiere ofrecer siempre lo mejor a sus clientes.
B.M.: ¿Cuál es tu máxima?
F.C.: La excelencia.
B.M.: ¿Qué es lo que más te gusta de la profesión?
F.C.: Me gusta todo: el trato con el cliente, la innovación, la nueva tecnología, el poder dar solución a problemas que le preocupan a la gente, la satisfacción de ver los resultados de los tratamientos y la fidelidad de los clientes. Sin duda es una profesión apasionante.
B.M.: ¿Y lo que menos?
F.C.: Todo el trabajo administrativo que implica tener una empresa.
B.M.: ¿De qué forma ha evolucionado el sector en los últimos años?
F.C.: Creo que la profesión de la estética ha conseguido por fin el estatus por el que algunas hemos luchado durante años, que se valore esta profesión por su rigor y seriedad. Respecto a los tratamientos, ahora la tecnología tiene un papel fundamental en nuestro trabajo, los avances en este campo nos permiten ahora corregir problemas que antes eran imposibles de solucionar. Las manos de la esteticista y la cosmética eran lo único con lo que contábamos cuando yo comencé, ahora hay que estar al día en tecnología para ser eficaz y competitivo.
La crisis está tocando todos los sectores, y la estética no es una excepción. Sin embargo creo que hay que afrontar estos tiempos con esperanza, como lo hacen la mayoría de los empresarios.
B.M.: ¿Cuáles son las principales novedades del sector?
F.C.: La unión de la medicina (cirugía plástica, dermatología, medicina estética) con la estética; ya no son dos sectores rivales, se complementan. Las nuevas tecnologías como los ultrasonidos, la radiofrecuencia o los nuevos láser nos permiten tratar problemas estéticos que antes eran impensables. Algunas de las novedades más importantes han sido los láseres lipolíticos, la criolipólisis, la IPL de nueva generación -que consigue unos resultados increíbles- o un nuevo láser para tratar los hongos de las uñas. Otra novedad importante es la cosmética de vanguardia que ofrece la posibilidad de personalizar las formulaciones sin perder propiedades. Todos estos avances me dan tranquilidad y seguridad para tratar todos los problemas estéticos.
B.M.: ¿Cómo está actualmente el sector?
F.C.: La crisis está tocando a todos los sectores, y la estética no es una excepción. Sin embargo creo que hay que afrontar estos tiempos con esperanza, como lo hacen la mayoría de los empresarios. Pienso que en época de crisis se valoran más la calidad del servicio que se ofrece y la profesionalidad, así que espero que esta etapa de recesión sirva para profesionalizar el mundo de la belleza en todas las áreas.
B.M.: ¿Cuál es tu proyecto futuro?
F.C.: Seguir trabajando y seguir mereciendo la confianza de todos los hombres y mujeres que ponen su belleza en nuestras manos, porque es una gran responsabilidad.
B.M.: ¿Cómo te ves en el futuro?
F.C.: Espero seguir muchos años mas trabajando, innovando y luchando por conseguir mejorar la calidad de nuestro trabajo.
B.M.: ¿Cómo eres cuando no trabajas?
F.C.: Muy familiar, disfruto mucho reuniendo a toda la familia, mi casa es la casa de todos.
B.M.: ¿Dedicas a tu actividad demasiado tiempo?
F.C.: Sí, no puede ser de otra forma. Nuestro trabajo exige nuestra presencia. Nuestros clientes y pacientes nos quieren ver a mi hija Leticia y a mí. Además hay que estar cuando hay mucho trabajo para que todo funcione bien y cuando hay poco para que se anime.