La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) ha anunciado una investigación sobre un nuevo método de prueba que podría reemplazar los métodos actuales de pruebas de toxicidad acuática que utilizan peces.

La agencia ha encargado al Instituto Fraunhofer, una organización de investigación con sede en Alemania, que evalúe si la prueba de Toxicidad en Embriones de Peces (FET, por sus siglas en inglés) podría considerarse una alternativa válida a las pruebas de toxicidad crónica en peces, cuando se complemente con mediciones transcriptómicas.

La transcriptómica se refiere al estudio del ARN de un organismo. En las evaluaciones ecotoxicológicas, actualmente se utilizan peces para evaluar la toxicidad de productos químicos en el medio acuático tanto a corto como a largo plazo. También se emplean para analizar los modos de acción toxicológica, como los efectos disruptores endocrinos en el medio ambiente. Sin embargo, los embriones de peces no están protegidos por las normativas de bienestar animal de la UE. Por ello, la ECHA indicó que la prueba FET podría considerarse un método no basado en animales para la evaluación de peligros regulatorios.

En el ámbito de los cosméticos, los ingredientes no pueden comercializarse en la UE si han sido probados en animales en cualquier parte del mundo para cumplir con los requisitos de la normativa de cosméticos de la UE.

En el ámbito de los cosméticos, los ingredientes no pueden comercializarse en la UE si han sido probados en animales en cualquier parte del mundo para cumplir con los requisitos de la normativa de cosméticos de la UE. Sin embargo, esos mismos ingredientes también deben cumplir con REACH, el reglamento de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas.

REACH no es una normativa destinada al consumidor; su objetivo es garantizar la salud humana en el lugar de trabajo y la protección del medio ambiente. Según esta regulación, la recopilación de nuevos datos sobre ingredientes cosméticos mediante pruebas en animales puede ser obligatoria. Esto ha sido un punto conflictivo para los defensores de los derechos de los animales.

El año pasado, el Tribunal General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea fue el centro de la controversia cuando dictaminó en contra de la empresa alemana de ingredientes cosméticos Symrise. La compañía buscaba anular una decisión que le exigía realizar pruebas en animales para dos de sus ingredientes de uso exclusivo en cosméticos.

En ese momento, Cruelty Free International calificó la decisión como un “enorme retroceso” que hacía que las prohibiciones de pruebas en animales para cosméticos de la UE fueran “prácticamente inútiles”.









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