El Gobierno nipón podría autorizar los tatuajes prohibidos, hasta la fecha, en los onsen o balnearios japoneses. Ello se debe a las quejas, cada vez más numerosas, de turistas tatuados cuya presencia ha sido vetada en dichos establecimientos. Al respecto, la Agencia de Turismo de Japón ha iniciado un estudio entre los balnearios del país para que le expliquen sus normativas sobre tatuajes. El organismo analizaría la información recabada y elaboraría recomendaciones futuras para los balnearios.
Buena parte de los onsen, donde los clientes entran desnudos, prohíben el acceso a personas tatuadas. Hoy en día, los tatuajes todavía se consideran signos distintivos de la yakuza o mafia japonesa. Buena parte de los balnearios japoneses consideran que las personas tatuadas pueden incomodar al resto de clientes.
La filosofía antitatuajes de los onsen ya quedó en entredicho, ante los medios internacionales, dos años atrás. Fue entonces cuando un balneario de Hokkaido, en el norte del país, vetó el acceso a una mujer neozelandesa de etnia maorí y con el rostro tatuado. Esta vinculación de los tatuajes con la mafia japonesa contrasta con los motivos (étnicos, moda, etc.) que inducen a llevar tatuajes en el resto de países.
Japón se acerca a los 4.000 balnearios
En la actualidad, se contabilizan más de 3.700 onsen en Japón. La profusión de estos establecimientos se debe a la intensa actividad volcánica en el país nipón. Además, los balnearios japoneses son muy apreciados por sus beneficios en la salud. Una visita a uno de estos balnearios contribuye a que los turistas se sumerjan en la cultura y los hábitos locales. Y de eso son conscientes las autoridades japonesas. De ahí sus esfuerzos por conocer la normativa de estos locales y su interés por asumir medidas que la mejoren. Eso sí, sin olvidar el peso del turismo en la economía del país. Japón recibió 12 millones de visitantes en el año 2014. Una cifra que se propone aumentar hasta los 20 millones dentro de cinco años, cuando Tokio sea la sede de los Juegos Olímpicos.