El orgasmo ofrece muchos beneficios para mente y cuerpo. Y, según Clínica Rozalén, es el mejor tratamiento para el suelo pélvico.
Otras ventajas que produce es que durante un orgasmo hay de cinco a quince contracciones por segundo, involuntarias y rítmicas, de los músculos del suelo pélvico, la vagina, el útero y el esfínter anal. Ya en la fase de excitación se produce una mayor lubricación e irrigación sanguínea de los tejidos del suelo pélvico. El clímax aumenta el ritmo cardiaco, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y la circulación, lo que ayuda a oxigenar las células de todo el organismo.
El orgasmo es la primera recomendación para tratar de evitar la atrofia vaginal o vaginitis en la menopausia o tras pasar por una histerectomía.Según Clínica Rozalén, es una de las pocas maneras de ejercitar el tono de la musculatura involuntaria (el 80% del suelo pélvico), que no se ejercita con los ejercicios de Kegel o contrayendo voluntariamente estos músculos.
Además, levanta el ánimo, porque libera endorfinas, dopamina y oxitocina, hormonas que ayudan a aumentar la felicidad y disminuir la ansiedad, la depresión, hacen crecer la autoestima y la confianza emocional se fortalece.
También mejora el descanso: la liberación de endorfinas es un sedante natural, promueve un descanso reparador y elimina por completo el insomnio. Los especialistas de la clínica exponen que el orgasmo ofrece agilidad mental, "hacer sudokus aumenta la actividad cerebral en determinadas regiones, pero un orgasmo lo hace en la totalidad de este órgano, ya que en el clímax un flujo de sangre riega el cerebro, aportado nutrientes y oxígeno".
Con ello, la piel está más rejuvenecida: Durante el orgasmo aumenta considerablemente la circulación sanguínea y se bombea oxígeno hacia la piel, lo que hace que gane brillo y se eliminen toxinas. Y actúa como analgésico natural: Un estudio liderado por Beverly Whipple, prestigiosa sexóloga, afirma que "cuando una mujer se masturba para alcanzar el orgasmo, la resistencia al dolor aumenta un 74%".