Dentro de las técnicas terapeutas orientales nos encontramos el okyu, un método de moxibustión japonés que se basa en obtener resultados terapéuticos de una forma rápida y efectiva a través de calor generado por combustión de moxa, un preparado obtenido de la planta artemisa.
Se basa en la misma teoría de los meridianos de la acupuntura, pero en vez de utilizar agujas se aplica calor a puntos concretos del cuerpo para aliviar tensiones y mejorar el flujo del Qi (energía vital) y del Xue (sangre).
La artemisa
La artemisa (Artemisia vulgaris) está considerada una de las plantas griálicas y esotéricas más poderosas, y debe su nombre a la diosa griega Artemisa. Se le atribuyen muchas propiedades mágicas y actualmente se usa para diferentes usos terapéuticos como pueden ser para provocar el apetito, regular el sistema nervioso o para dolores y regulación de los ciclos menstruales.
La moxa
La moxa es el producto refinado de las hojas de la artemisa. Se obtiene de pulverizar la artemisa seca en morteros y después compactarla. De esta forma se consigue que la moxa sea moldeable permitiendo ajustar la cantidad ideal para el tratamiento final.
Según su color y textura, la moxa se divide en mogusa (moxa de alta calidad) o wakakusa (moxa de calidad media), y dependiendo de este tipo de calidad se obtiene una textura similar a la lana o al algodón.
La moxa, cuando entra en combustión, tiene la propiedad de producir un calor que penetra profundamente en nuestro cuerpo.
La moxibustión
Como ya hemos dicho, la moxibustión consiste en el tratamiento de las enfermedades mediante la aplicación de calor de diferentes maneras y en puntos determinados del cuerpo.
Está considerada una de las terapias más antiguas del mundo y, aunque es originaria de China, ha sido el pueblo nipón quien la ha refinado hasta convertirla en un arte propio de Japón. En China, la moxibustión es un elemento de tonificación y una aplicación de calor térmico, mientras que en la moxibustión japonesa el calor es energético y no calorífico.
Al igual que la acupuntura, la moxibustión japonesa sirve para conseguir bienestar cuando se tienen problemas como pueden ser asma, bronquitis, catarros, úlcera, estreñimiento, diarreas, alivio del dolor, insomnio, artritis, artrosis, dolores musculares, problemas de circulación sanguínea...
La moxibustión japonesa comprende diferentes técnicas divididas en dos grandes familias, dependiendo de si es por moxibustión directa (Yukonkyu) o indirecta (Mukonkyu).
La moxibustión indirecta
Consiste en aplicar sobre los puntos determinados una gran cantidad de calor, pero siempre desde una cierta distancia y de forma indirecta. Su variedad técnica e instrumentos utilizados para tal fin permite una gran adaptación en función del problema del paciente.
Entre las técnicas de moxibustión indirecta más practicadas encontramos el okyu, técnica que se sirve de un tubo de bambú o cerámica para la transmisión del calor de la moxa. Se aplica con un movimiento ondulante de acercamiento y alejamiento sobre áreas de la piel, pero sin llegar a tocarla.
Otros métodos son el ibuki, que quema conos de moxa colocados sobre otras superficies, y el kyutoshin, que quema los conos sobre la cabeza de una aguja de acupuntura para transmitir el calor a través de ella.
Estas técnicas de moxibustión indirecta son ideales para complementar terapias de tipo manual.
La moxibustión directa
La moxibustión directa engloba todas aquellas técnicas donde la moxa es quemada directamente sobre la piel, y se divide en tres subcategorías llamadas Shoshakukyu, Danokyu y Tonetsukyu.
El Shoshakukyu es una técnica para tratar picaduras y mordeduras de insectos, verrugas y callos, mientras que el Danokyu sirve para curar una herida y realizar una limpieza de la sangre, ya que después de aplicar la moxa provocando una quemadura, se añade un irritante herbal. En el Tonetsukyu se engloba el okyu, la técnica más popular y apreciada de la moxibustión.
El okyu
Consiste en colocar sobre el punto a tratar un cono de moxa diminuto, del tamaño más o menos de un grano de arroz. Luego es encendido por el terapeuta sobre la piel del paciente y se retira antes de que pueda causar una quemadura.
El okyu permite el manejo rápido y eficaz de las lesiones, ya que los síntomas, como puede ser el dolor, remiten de una manera eficiente y al momento.
Tratamiento
La localización de puntos mediante el tacto es uno de los puntos fuertes y esenciales de la terapia, ya que permitirá el éxito del tratamiento. Por esta razón, el practicante debe tener bien desarrollada la sensibilidad manual para la búsqueda de estos "puntos vivos". Además, ha de saber la cantidad precisa de moxa que ha de utilizar y la forma en que debe estar dispuesta sobre la piel (siempre en forma de pirámide, nunca de L). Esto es muy importante para nivelar la sensación de quemazón e, indudablemente, para no producir una quemadura.