He aquí que el hombre, movido por los nuevos tiempos y el escaparate de las RRSS se ha lanzado al ruedo y protagoniza vídeos y consejos tan virales o más que las mujeres a la hora de maquillarse.
Pudiera pensarse, que sólo las cortes decimonónicas permitieron en su momento el maquillaje al sexo masculino.
Pero no, resulta que el maquillaje masculino, tiene historia, ¡y mucha!
Por eso, este nuevo movimiento en el que contouring, strobring y similares son también de dominio del hombre, no debiera sorprendernos si es que alguien lo hace.
Las cifras cantan y apuntan a ese repunte significativo del consumo de cosmética masculina. En los últimos cuatro años, la venta de productos de cuidado para ellos ha aumentado un 70%.
Pero, sin desmerecer la importancia de las cifras, vamos a empezar desde el principio. Porque esto del maquillaje, no le es nuevo a los libros de historia.
En los libros de historia
Este siglo XXI nos está dejando nombres imperecederos a golpe de selfies y auto grabaciones que quedan inmortalizados en las redes sociales. De hecho, el 'boom' del maquillaje en y para hombres se ha iniciado y debido a ellas principalmente, las redes, con nombres, figuras y estrellas, vamos, lo que se ha dado en llamar influencers como el caso de Manny Gutiérrez. Manny es imagen de Maybelline tras seguir los pasos Maybelline de la marca Cover Girl, la cual nombró anteriormente a James Charles de 18 años su embajador y que ahora cuenta con millones de seguidores en Instagram y en su canal de youtube.
Todo lo cual ha impulsado el desarrollo maquillaje especializado para hombres de todas las edades y preferencias sexuales. Y aunque, todavía nos falte mucho por ver, algunos países ya se han convertido en abanderados del maquillaje masculino, es el caso de Colombia, dando espacio en el mercado y de forma notoria y preferente a marcas y tiendas de maquillaje para ellos.
Y es que esto de pintarse el rostro por un motivo u otro, sinceramente, no tiene mayor secreto y sí mucha historia, empezando por los neandertales y siguiendo por los egipcios y sus famosos eyeliner, ya utilizados desde el 4000 a.C. Para conseguir esa forma almendrada se pintaban con 'kohl', y como sombra de ojos utilizaban un pigmento verde creado con malaquita para un efecto dramático, con el que creían protegerse de enfermedades.
Lo acompañaban con labios y mejillas rojas y lo guardaban todo en recipientes con forma de pez, símbolo de resurrección y nueva vida. Cuanto más se maquillaban, más poder tenían. También la manicura indicaba su estatus social, como ocurría en la Antigua Roma, donde los hombres se cuidaban la piel con aceites y perfumes, se maquillaban el rostro, se pintaban las uñas y la cabeza para disimular la calvicie. Muchos siglos después, en el XVII, Luis XIII puso de moda las pelucas entre los hombres franceses de la época tras quedarse calvo a los 23 años. En la centuria anterior, en la Inglaterra de Isabel I, el maquillaje era muy popular. Los caballeros seguían tratamientos de belleza que incluían mascarillas de huevo y miel para alisar las arrugas y eran muy fans de los polvos blancos hechos, por otro lado, con el nocivo plomo, hoy perseguido y clasificado como tóxico.
Y así siguieron los aristócratas, a vueltas con sus polvos y pelucas, cuando a mediados del XVIII surgen otros hombres obsesionados por modos y usos ciertamente amanerados, los 'macaroni', envueltos de moda, lujo y fórmulas para su belleza.
Pero tanta felicidad y belleza le fue ingrata a más de uno y he aquí que la Iglesia vino en el XIX a intervenir maquillajes y afeites a los que consideró sólo de exclusivo uso y rasgo común a prostitutas. Tiempos tenebrosos que nos dejaron a oscuras.
Sin embargo, y haciendo caso a su fama de cíclica, sucede la historia, y llega la centuria del XX y los locos 20 y 30, y el cine, primero en blanco y negro, lo que exigía la acentuación del maquillaje para contemplarse mejor los rasgos en pantalla. Y luego el color y las primeras estrellas del star system, con hombres que prestaban máxima atención a su imagen, acicalada.
A partir de ahí, cada década ha tenido lo suyo. Así, nunca olvidaremos a David Bowie, Freddie Mercury o Elton John, Prince, Boy George, Jared Leto... Era la época de lo metrosexual, el hombre buscaba su propia estética y jugaba y experimentaba con maquillaje y cosmética. Y surgen compañías como Mmuk, cuyo fundador, Alex Dalley, se maquillaba desde la adolescencia, al principio para disimular su acné, después como un hábito con el que se sentía mejor y más guapo. Alex Dalley fue autor de los primeros tutoriales aparecidos en Google enumerando los pasos para que el hombre se maquillara y el primero también que acuño el término de búsqueda 'makeupformen'.
Un fenómeno que requiere de atención y consejo
Hoy por hoy, los chinos son maestros en el arte del maquillaje y el cuidado masculino. De hecho, Beautymarket ya ha publicado varios artículos en los que se analiza e informa acerca de este fenómeno al que tan atenta ha de estar la industria. Jóvenes chinos que inundan canales y redes con sus tutoriales millonarios.
Queda hasta aquí demostrado que éste es un fenómeno a tener en cuenta y hacia el cual volver la vista. Y a vueltas precisamente con la industria, y como profesional que eres de la belleza, nada mejor que 10 tips de uso, consulta y consejo, indicadores sin duda de por dónde van los tiros en función de belleza, para tus clientes y consumidores masculinos.
1) Para ellos, mejor, las fórmulas ligeras.
"La piel del hombre es un poco más gruesa (exactamente medio milímetro) que la de la mujer y generalmente más grasa (a causa de la impregnación de testosterona)" explica Pedro Maggi, fundador de Skeen. Las texturas en gel o loción son las que mejor se adaptan a su piel.
2) Las cremas de contorno para ojos, también en el párpado.
"Hay que aplicarla exclusivamente en la zona de patas de gallo y el párpado inferior, mediante suaves toques con la yema del dedo anular y siempre en dirección desde el lacrimal al exterior. De este modo tiene un ligero efecto drenante". Es lo que aconseja Laura Parada, directora técnica de Slow Life House.
3) Los productos exfoliantes, mejor retirarlos con agua.
Y no pasar la toalla o el papel higiénico en modo lija. Bastante tienen la mayoría con la agresión diaria del afeitado. Un buen peeling una o dos veces por semana es fundamental para mantener la piel libre de impurezas, pero hay que intentar que sea lo más suave posible.
4) Consérvate tú y también a ellos.
Como explica Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en farmacia y fundador de Twelve Beauty, "las cremas son un estupendo caldo de cultivo para las bacterias y los microorganismos y también nos encontramos el riesgo de la oxidación por exposición al exterior". Atención hombres descuidados, gestos de belleza y de conservación son obligados si no estáis acostumbrados.
5) Sí, es mejor dar dos lavadas.
Como explica Adolfo Remartínez, creador de Nuggela & Sulé, siempre es recomendable. "La primera de las veces para eliminar la suciedad, los restos de grasa, polución o células muertas. En el segundo lavado es cuando se mejoran las condiciones del cabello".
6) Los productos de fijación capilar no se quitan solos.
Y no deben acumularse día tras día porque el pelo se partiría. Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez aconseja "cepillar el pelo antes de irse a dormir en el caso de haber utilizado los fijadores en spray, las espumas y los geles de peinado".
7) Los aceites no engrasan.
Es más, muchos, por sus componentes, son la mejor opción para reducir la producción de sebo en las pieles grasas. Como dice Mónica Ceño, fundadora de The Lab Room, "es un mito que los aceites engrasen. Cada uno tiene distintas propiedades y hay aceites que son maravillosos para las pieles acneicas, y grasas".
8) Más no es mejor.
Con dos gotas de sérum basta para tratar todo el rostro, y en el caso de las cremas o lociones, el tamaño de un guisante es suficiente. De otro modo, como señala Paola Gugliotta, master en dermocosmética y fundadora de Sepai, "la piel no es capaz de absorberla y termina haciendo función barrera sin llegar a penetrar".
9) Te maquilles o no, se impone la limpieza diaria.
Pero ojo, como explica Pedro Catalá, "la limpieza supone un estrés para la piel, hay que utilizar formulas
delicadas pero eficaces para reducir el efecto agresivo de este fundamental paso del cuidado de la piel".
10) La era de los hombres fieles.
El hombre como consumidor de cosmética, se caracteriza por ser fiel a una marca, de hecho el 70% de ellos una vez ha probado un producto que les haya sido de su agrado, no cambian y repiten. Así que toma nota y hazlo tuyo para siempre.
El consumidor masculino
Y para terminar, sólo algunos datos más que nos identifican al hombre como consumidor de cosmética y maquillaje.
- Aunque aún muchas mujeres compren productos cosméticos para su pareja, este hecho está cambiando, y es que uno de cada dos hombres reconoce escoger y comprar personalmente sus productos de cuidado facial.
- Los hombres no quieren pasarse horas y horas recorriendo tiendas de productos cosméticos, por ello la mayoría de las compras son planificadas y difícilmente dejan lugar a compras por impulso.
- Las cuestiones estéticas que más preocupan a los hombres son las arrugas en el rostro, la flacidez en el abdomen, la hidratación de la piel, las impurezas de la cara y las bolsas y ojeras.
- Los productos más demandados son los cosméticos hidratantes, los tratamientos antiarrugas, el contorno de ojos y la productos de higiene facial.
- Los últimos datos apuntan y afianzan un incremento sostenido del gasto medio de los hombres en cada compra de productos de higiene y belleza, incluido, por supuesto, el maquillaje.