El contouring sigue ganando adeptas. La técnica de maquillaje lanzada por Kim Kardashian ha sido tendencia en los últimos años en blogs, revistas o tutoriales. Pero este método, que consiste en refinar partes de la cara jugando con las sombras, ha ido evolucionado en otras dos ideas: el sandbagging y el tontouring.
Sandbagging
El Sandbagging es una técnica creada por Mario Dedivanovic, el artista de maquillaje de muchas celebridades entre las que se encuentran, cómo no, Kim Kardashian. Consigue lo que muchas mujeres querían: que el maquillaje no se corra.
Para ello, su ideólogo ha creado una especie de barrera para evitar el desastre provocado por el exceso de aceite y brillo, que puede causar efectos no deseados. La técnica consiste en aplicar, con una esponja, un polvo sobre la base de maquillaje en lugares estratégicos (debajo de los ojos y alrededor de la boca).
Después, simplemente hay que esperar durante unos minutos mientras que el polvo absorba el sebo. Una vez que el polvo esté disperso, la piel está más suave y mate durante todo el día.
Tontouring
Es como el contouring pero con autobronceador. Para realizar esta técnica hay que comenzar aplicando un toque autobronceador por toda la cara para igualar el tono de la piel. Entonces, igual que si fuera un contorneado convencional, hay que usar un bronceador de un tono más oscuro para acentuar las sombras de algunas zonas, como la parte superior de la frente (en la línea del cabello), en los pómulos, los lados y la parte inferior de la nariz. Después hay que mezclar todo con el dedo. Y ya está.
Esta técnica es algo más complicada, ya que se tiene que conocer bien el efecto que tiene el bronceador sobre la piel para que no quede excesivamente naranja, puesto que dura bastante.