Publicaciones de todo el mundo se están haciendo eco de un curioso fenómeno que se está produciendo últimamente en los centros de belleza británicos, que ven como las reservas en sus establecimientos no paran de crecer. El motivo, al parecer, es el estrés que la población del Reino Unido ha sufrido como consecuencia de la difícil decisión a la que se enfrentaban en el referéndum del pasado 23 de junio, culminado como es conocido con una mayoría de votos favorables a la salida de la Unión Europea.
El hecho es que las reservas de citas para tratamientos corporales, limpiezas de cutis, masajes y demás, han registrado crecimientos que alcanzan el 30%. Esto es algo que puede ser sorprendente, pero ya se conoce desde hace años como Lipstick Effect, término que también se utilizó en EE UU a raíz de la recesión de 2007, pero que proviene del inesperado aumento en las ventas de barras de labios tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La verdad es que es un curioso comportamiento en los consumidores, que se conoce ya desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado, y que se puede explicar con cierta ansia de mejorar el aspecto en tiempos de crisis. Esto es quizás para aumentar las probabilidades de conseguir pareja, empleo o estabilidad laboral, o simplemente porque con un simple pintalabios se consigue mejorar la autoestima y la confianza, por muy mala que sea la situación social y económica.