Conocerse uno mismo es difícil; no somos observadores neutros, pues vemos el mundo desde nuestra perspectiva. Además, puede ser duro, pues somos más intolerantes con nuestros defectos que con los de los demás.
Por ejemplo, en un mercado de trabajo como el actual, con sobreabundancia de ofertas y oportunidades limitadas, cada vez se torna más necesario hacer marketing personal y construirnos como marca. Desarrollar la propia marca tiene un aspecto importante de imagen y reputación que ha de basarse en una identidad consolidada. Cuando el producto es uno mismo, el autoconocimiento es vital. Ahora bien, ¿nos conocemos?, ¿sabemos regular nuestras emociones? ¿Cómo obtener lo mejor de uno mismo?
El modelo de Inteligencia Emocional de Goleman nos proporciona un marco excelente para obtener lo mejor de nosotros mismos y desplegar el potencial de los demás. Esto requiere el autoconocimiento y el conocimiento de los demás, pues no se puede gestionar lo que no se conoce.
El autoconocimiento es la base del autocontrol y la automotivación. Para regular nuestras emociones, permanecer positivos y pensar con claridad aún en situaciones difíciles, hemos de comprender el vínculo entre nuestros pensamientos acerca de lo que nos ocurre, nuestras emociones y reacciones. Con este fin, podemos utilizar el ABC emocional, planteado por el psicólogo Ellis, que nos aporta una lista de doce creencias irracionales y cómo debatirlas para llegar a una reformulación positiva.
La motivación es nuestro motor emocional. Produce la energía que nos impulsa a la acción para satisfacer nuestras necesidades, aspiraciones y expectativas. El modelo Rueda de Motivos permite hacernos una idea de nuestro perfil de motivos contestando a estas preguntas: ¿prefiero un trabajo creativo o un trabajo ordenado y metódico?, ¿me siento a gusto trabajando en grupo o prefiero tener autonomía?, ¿aspiro a coordinar a otros o prefiero ser un miembro más del equipo?, ¿disfruto con los retos difíciles de superar o prefiero dosificar mis esfuerzos?, ¿me siento "pagado" con el sentimiento de haber ayudado a otros?
Tenderemos a situarnos entre los dos polos, pero si queremos conocernos mejor habremos de hacer un esfuerzo de imaginación, pensar en una situación límite en la que tuviéramos que elegir entre los dos extremos y preguntarnos: ¿Hacia dónde me decantaría?
'El autoconocimiento es la base del autocontrol y la automotivación. Nuestros motivos y talentos pueden ayudarnos a descubrir nuestras áreas de mejora'. Beatriz Valderrama, socia directora de Alta Capacidad.Estas preguntas nos ayudarán a conocer el propio perfil de motivos y a identificar las motivaciones de las personas de nuestro equipo. También se puede utilizar el cuestionario de Análisis del Perfil Motivacional para obtener un perfil y un informe de feedback estructurado.
Nuestros motivos van a ser la fuente de nuestros talentos. Por ejemplo, si tenemos un motivo elevado de logro, disfrutaremos superando objetivos ambiciosos, lo que constituirá una garantía de éxito profesional, pues será una constante fuente de energía e impulso para persistir y alcanzar los propósitos.
Nuestros motivos y talentos pueden ayudarnos a descubrir nuestras áreas de mejora. En el caso de una alta motivación de logro, nuestra energía no es inagotable, por lo que el exceso de esfuerzo o metas inalcanzables pueden derivar en frustración, estrés y depresión.
Un elevado motivo de logro nos puede llevar a mostrar un estilo "timonel" de liderazgo, muy centrado en presionar al equipo para conseguir altos resultados en poco tiempo, descuidando el clima emocional. Para evitar estos riesgos, las personas con alta motivación de logro pueden seguir unas pautas como celebrar los logros antes de asumir otros retos, tomarse descansos, reducir la dosis de estrés y cuidar las relaciones interpersonales.
Finalmente, la Rueda de Motivos puede informarnos también de los diversos roles de los miembros del equipo, ayudando a asumir la diversidad como una fuente de riqueza, entender cómo puede contribuir cada uno a los resultados desde su propio estilo, y encontrar el estilo de comunicación y liderazgo apropiado para cada persona.
En definitiva, se trata de descubrir lo que hace entrar en ese estado de fluidez en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para la cual se encuentra capacitada, para su propio placer y disfrute, durante la que pierde la noción del tiempo y experimenta una enorme satisfacción.
Beatriz Valderrama es socia-directora de Alta Capacidad. Máster en Psicología Organizacional por la Universidad Complutense de Madrid y PDG del IESE. Coach Profesional Senior certificada por AECOP. Es autora de los libros Desarrollo de competencias de Mentoring y Coaching y Motivación Inteligente.