Inspirada en el contouring que surgió por los años 80 de la mano del maquillador Way Bandy, y que jugó muy bien con las luces y las sombras para crear efectos distintos en el rostro, el draping esculpe el rostro de forma más sencilla y natural.
Una de las bases del draping es que permite conocer y elegir el tipo de maquillaje a aplicar según los colores que mejor se adaptan al tono de la piel y a la morfología de cada persona. El producto estrella de esta técnica es el colorete, que se aplica en diferentes partes del rostro para dar naturalidad. El profesional tendrá en cuenta no solamente el color de la tez, también el del pelo natural o incluso la ropa que se suele llevar con el objetivo de cambiar looks y mejorar la imagen. Por tanto, es necesario realizar un profundo estudio de la colorimetría basándose en los parámetros anteriormente establecidos.
Una de las bases del 'draping' es que permite conocer y elegir el tipo de maquillaje a aplicar según los colores que mejor se adaptan al tono de la piel y a la morfología de cada persona.El draping no es nuevo. Como siempre, ciertas técnicas vuelven o se reinventan, y en este caso, surgió en los años 70 con el fin de buscar un look lo más natural posible y lleno de luminosidad. Es, por tanto, una técnica denominada también retro, y algunos ejemplos los tenemos en los rostros que solían lucir las actrices Farrah Fawcett, Jerry Hall o Cher. De hecho, posteriormente, la modelo Kate Moss también lucía este tipo de rubor en el rostro cuando paseaba por las pasarelas.
Con el draping se intenta escapar de las formas marcadas y definidas que se han puesto de moda en los últimos tiempos sobre todo por algunas celebrities como Kim Kardashian. Como bien indica el nombre, con la técnica, "drapeamos" el rostro con coloretes de varios tonos para que el resultado sea una tez delicada, dulce y saludable.
Cómo funciona el Draping
Para realizar un buen draping es necesario contar con dos tipos de coloretes, uno más oscuro y otro más claro, y mezclarlos. Es decir, se aplica uno de un color algo más oscuro en la zona del pómulo y el contorno, y otro de un tono más claro se aplica sobre el resto de zonas para dar más profundidad a los rasgos.
- 1. Se crea la forma de una manzana alrededor del rostro con el tono más oscuro.
- 2. Se aplica el tono más claro alrededor de la silueta dibujada y en la parte alta las mejillas.
- 3. También puede aplicarse en la parte baja de la barbilla y en el cuello.
Se juega con el contraste entre ambos colores para dar toques de luminosidad al rostro y disimular las imperfecciones, y se busca minimizar al máximo el número de productos a utilizar para maquillarse. La técnica se aparta de los colores pesados y de abusar demasiado del maquillaje, dejando a un lado las técnicas complicadas para que triunfe la sencillez, no solo en el resultado sino también en el proceso de elaboración.
Finalmente, además del aspecto natural que es lo que se busca, la tez parece bronceada como si el sol hubiera teñido la piel pero sin ser exagerado.
Cómo aplicar el draping según el rostro
Ovalado: si la cara es algo ovada, es mejor aplicar el colorete en la parte alta del pómulo con un tono más brillante en el medio del pómulo, en nariz y barbilla.
Alargado: mejor empezar a aplicar desde el centro de la mejilla, de forma horizontal, hacia la parte superior de la oreja.
Redondo: para alargar el rostro, se recomienda aplicar un colorete de un tono más oscuro al tipo de piel y siempre de manera diagonal.
Cuadrado: se recomienda centrarse en maquillar el interior de las mejillas.
Marc Jacobs, precursor de esta técnica de maquillaje
Al parecer, Marc Jacobs Beauty ha seguido las lecciones de los maquilladores de los 70 para hacerse propio este concepto y lanzarlo en la actualidad. La firma ha presentado diversos coloretes en dos tonos: Air Bush Dúo Brillo Sutil ideales para dejar el rostro más luminoso. Se trata de una fórmula aérea, que aporta una textura única capaz de hacer que ambos tonos consigan una combinación múltiple de matices y se fusionen con la piel.