La tendencia del "movimiento sin agua", que se centra en eliminar el agua de los productos cosméticos para potenciar la eficacia de sus ingredientes y reducir el impacto ambiental, está encarnada por la marca independiente Oquist Cosmetics.

Para Monia Merabet, fundadora de We Out Wow, Oquist Cosmetics se destaca por su combinación única de fórmulas de cuidado de la piel sin agua y envases de cerámica artesanal.

La filosofía de la marca está arraigada en la tradición sueca de Lagom, que se traduce como 'la cantidad justa'. Este principio no es simplemente parte del ethos de la marca, sino que está integrado en cada uno de sus productos. En línea con la creencia de los fundadores de que los productos deben realzar la belleza sin complicaciones excesivas, fomentan un enfoque minimalista que se centra en la calidad y la funcionalidad. Oquist aspira a que cada producto sirva para múltiples propósitos, reduciendo la necesidad de numerosos productos para el cuidado de la piel y, por extensión, la presión ambiental de las rutinas de belleza.

Un producto para el cuidado de la piel, numerosos usos

El producto estrella de la marca, por ejemplo, un suero facial, sirve también como hidratante, prebase y tratamiento antienvejecimiento. Esta multifuncionalidad simplifica las rutinas de cuidado de la piel, alineándose con los deseos de los consumidores modernos de productos eficientes y efectivos.

En cuanto a los ingredientes, Oquist ha optado por una variedad de extractos botánicos, aceites esenciales y minerales. Destaca entre ellos el uso de botánicos suecos, que se dice que se cosechan de manera sostenible. Además, al formular productos sin agua, la marca reduce significativamente la huella ecológica de sus productos, ya que las fórmulas sin agua requieren menos conservantes y son más concentradas, prometiendo así una mayor eficacia con menos desperdicio.

Envases de terracota

Quizás uno de los elementos más cautivadores de Oquist sea su envase: tarros de terracota elaborados en Riga, Letonia. En lugar de utilizar procesos de formación automatizados, la terracota líquida se vierte en moldes tallados y se deja solidificar durante la noche. Luego, cada tarro se pule a mano para asegurar un acabado suave y perfecto antes de ser cocido en horno para lograr su estructura y rigidez finales. Como parte del diseño consciente del medio ambiente, los tarros se sellan con tapones hechos de caucho natural, un derivado del árbol Hevea Brasiliensis.

La porosidad natural de la terracota también desempeña un papel crucial en la conservación de la eficacia de las formulaciones para el cuidado de la piel, asegurando que los ingredientes activos sigan siendo efectivos durante más tiempo sin necesidad de conservantes sintéticos, explica la marca.

Los tarros están diseñados con una forma elegante y minimalista, lo que les permite trascender su uso inicial. Una vez vacíos, se pueden reutilizar como decoración para el hogar, lo que permite a Oquist acuñar un nuevo término: skinterior.









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