Hasta ahora las sustancias antioxidantes se han relacionado con la prevención del envejecimiento de la piel. En el otro lado de la moneda estaban los radicales libres, que se vinculan precisamente con el efecto contrario: su acelaración.

Sin embargo, un equipo de científicos del Instituto Buck (EE UU), especializado en el estudio del envejecimiento, ha obtenido unos resultados que invitan a considerar que tomar cantidades grandes de antioxidantes podría tener efectos negativos para el envejecimiento de la piel durante la juventud.

En un trabajo que se publica en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America), explican cómo llegaron a esta conclusión. Los investigadores criaron ratones que producían cantidades grandes de radicales libres que dañaban las mitocondrias de su piel. Aunque en este punto del estudio creyeron que los roedores envejecerían de manera acelerada, observaron con sorpresa que las heridas de su piel se curaban más rápido que en la de ratones normales.

"Este estudio muestra que es esencial que miremos a lo largo de toda la vida cuando examinemos los mecanismos implicados en los procesos de envejecimiento", afirmó en un comunicado Judith Campisi.

Sin embargo, este beneficioso efecto se invertía según iba pasando el tiempo. El daño en las mitocondrias reducía la producción de células madre y los ratones mayores que en edades tempranas habían disfrutado de una piel sana, que reparaba sus heridas con rapidez, veían cómo éstas se curaban ahora con mayor dificultad.

"Las células madre se volvieron demasiado escasas y los ratones, pasado el tiempo, mostraron signos de envejecimiento, piel fina y mala cicatrización de heridas", explica el estudio.

"Este estudio muestra que es esencial que miremos a lo largo de toda la vida cuando examinemos los mecanismos implicados en los procesos de envejecimiento", afirmó en un comunicado Judith Campisi, investigadora del Instituto Buck y responsable del estudio.

Los resultados de este estudio de los científicos estadounidenses, que se suman a otros, demuestran que, al final, los antioxidantes no son un elixir de la juventud ya que, de hecho, pueden llegar a tener efectos perjudiciales para la salud.









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