"Soy aquello que poseo".
Jean Paul Sartre, filósofo, escritor
y novelista francés (1905-1980).
Este 29 de noviembre, cuarto viernes de mes, tiene lugar y esperamos como agua de mayo, a tenor de su imparable éxito, el llamado Black Friday, anuncio de la fiebre de las compras de Navidad y el pistoletazo de salida a las esperadas rebajas de invierno.
Millones de personas en el mundo compran durante el Black Friday, atraídos por las ofertas más famosas del año. Originalmente, el Black Friday se reducía a un solo día, aunque la celebración se alarga ya como mínimo hasta el lunes siguiente, enlazando con el Cyber Monday, que este año será el 2 de diciembre. En un principio, el Black Friday era el día de las ofertas en las tiendas físicas. El Cyber Monday, por su parte, llevaba los descuentos a la red. Lo que no se lograba vender el viernes en los comercios se intentaba colocar el lunes en el mundo virtual. Todo lo cual ha derivado en una semana completa de ofertas tanto en las tiendas físicas como en on-line.
Quedarse fuera del circuito no tiene sentido. Según cifras de la página especializada black-friday.sale, en 2018 y en nuestro país, el 15% de las ventas anuales se hicieron durante la semana del Black Friday. El ecommerce alcanzó los 103,02 euros de gasto por persona. Amazon, por su parte, anotó 7 millones de pedidos y un total de 935.000 compras. Lo que concluye que ésta es una oportunidad de oro no sólo para compradores y clientes, sino por supuesto, para las marcas y establecimientos, incluida la belleza, que ya maneja su propio término al respecto a este 'viernes negro', se trata del Beauty Black Friday y centenares de establecimientos y marcas de estética, cosmética, maquillaje y peluquería realizando sus ofertas.
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