En el mundo del maquillaje, inspirado por la percepción y las manos del propio maquillador, nada es lo obligado. Todo gira alrededor del profesional, el rostro de su cliente y por supuesto, las tendencias.

Sin embargo, sí es cierto que hay ciertas reglas que observar a la hora de la técnica de aplicación si lo que deseamos es un resultado perfecto.

Cristina Lobato, una estrella del arte del maquillaje, sabe lo importante de recordar ciertos principios básicos a la hora de aplicar el corrector, por ejemplo, para sacarle el máximo partido. Este producto es un must have ya que nos ayuda a disimular imperfecciones y a iluminar la mirada en cuestión de segundos. Utilizándolo de la manera adecuada, puede darnos grandes resultados.

Lobato comparte así un sencillo paso a paso para utilizar el corrector de manera correcta y efectiva, consiguiendo un aspecto más pulido, fresco y rejuvenecedor.

Cómo aplicar (correctamente) el corrector

1. Encuentra el tono perfecto para ti.
El primer paso es dar con el tono de corrector que mejor se adapta a cada piel. Apuesta por un tono más claro que tu propia piel para aportar luminosidad y disimular imperfecciones.

Si nos enfrentamos a una ojera muy suave, aplica un tono beige que sea natural. Si la ojera es oscura, opta por un tono salmón ligeramente anaranjado. Recuerda que no es necesario aplicar mucha cantidad ya que el objetivo es mantener un aspecto luminoso y natural.

Para corregir rojeces y granitos, elige un corrector de cobertura media en un tono que vaya en armonía con el color de la piel, que no sea ni más claro ni más oscuro. Con un brocha plana con forma ligeramente puntiaguda, aplica sutilmente y de forma precisa sobre la discromía y difumina para fundir el corrector con el tono de la piel.

2. Prepara bien la piel previamente.
Antes de aplicar el corrector, es importante que la piel esté limpia y bien hidratada. Utiliza un limpiador facial, adecuado al tipo de cutis, para eliminar impurezas. Después hidrata la piel sin olvidar la zona de los ojos. Si el contorno de la mirada está bien hidratado, evitarás que el corrector se vea desigual o a parches. Esta preparación garantizará que el producto se deslice suavemente y se mezcle de manera uniforme, logrando un resultado impecable y natural.

3. Detecta las zonas más problemáticas.
Cada persona tiene sus propias zonas con irregularidades o discromías, ojeras, manchas, líneas de expresión o imperfecciones. Reconoce cuáles son y concéntrate en abordarlas al aplicar el corrector.

No es necesario cubrir todo el rostro, sino enfocarse en las zonas específicas y difuminarlas de manera precisa. De esta manera, lograrás un resultado natural y muy favorecedor. Recuerda que se trata de resaltar la belleza natural y no de cubrir completamente el rostro.

4. La técnica correcta para aplicar el corrector.
La forma en la que aplicas el corrector puede tener un impacto significativo en el resultado final. Utiliza una brocha o una esponja para distribuir el producto y difuminarlo suavemente sobre la piel. Evita arrastrar o frotar, ya que esto puede acentuar las arrugas y líneas de expresión. En su lugar, opta por realizar suaves toques mientras lo aplicas. Esta técnica te ayudará a obtener un acabado más natural y evitará que el producto se acumule en las áreas problemáticas.

5. Finaliza con polvos traslúcidos.
Después de aplicar el corrector y la base de maquillaje, es importante sellarlo todo para prolongar su duración utilizando polvos sueltos. Esto evitará que se acumule en las líneas finas y mantendrá el maquillaje fresco por más tiempo.

Recuerda que cada persona es única, así que no dudes en experimentar y encontrar la técnica que mejor se adapte a tu clienta o a ti misma. Con un poco de práctica, conseguirás el resultado perfecto.









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