Cristina Coma está al frente de Amarama, un centro de estética avanzada y antiaging situado en el centro de Barcelona y que se caracteriza por ofrecer tratamientos y soluciones muy innovadoras.
Beauty Market: ¿Cómo fueron tus inicios en la profesión?
Cristina Coma: Mientras hacía la carrera de enfermería, trabajaba con una doctora de medicina estética.
B.M.: ¿Cuál ha sido el momento clave de tu carrera?
C.C.: Han habido muchos momentos clave desde que empecé, por lo que no puedo destacar uno en concreto, pero todos ellos han sido consecuencia de decisiones valientes y mirando con optimismo al futuro.
B.M.: ¿Cómo te definirías profesionalmente?
C.C.: Muy exigente, sincera y eficaz.
B.M.: ¿Cuál es tu especialidad?
C.C.: Los tratamientos faciales.
B.M.: ¿Te consideras una artista dentro de lo que es tu profesión?
C.C.: Me encanta hacer mi trabajo, disfruto con ello y a nivel facial conseguimos cambios muy espectaculares, y para algunas de mis clientas cuando ven los resultados sí que comentan que esculpo como una artista.
B.M.: ¿Qué ofrece Amarama a sus clientes?
C.C.: Amarama es un centro de estética avanzada y antiaging que se distingue por ofrecer las soluciones estéticas más innovadoras y eficaces. La sensibilidad y el trato cercano con las personas se unen a las dos máximas del centro con sus clientes: la sinceridad y la confidencialidad.
B.M.: ¿En qué se diferencia a otros centros?
C.C.: Intentamos que cada cliente se sienta único, y por eso todo gira en torno a un único objetivo la "satisfacción del cliente".
B.M.: ¿Cuál es el tratamiento estrella?
C.C.: Tenemos varios tratamientos estrella, pero por destacar uno ahora mismo serían las microinyecciones faciales con complejos activos.
B.M.: ¿Cuál es tu relación con el consumidor final?
C.C.: Es una relación muy próxima, que empieza cuando el cliente cruza por primera vez nuestra puerta y sigue durante y después del tratamiento.
B.M.: ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
C.C.: El poder hacer feliz a alguien que tiene una necesidad y a la que yo puedo ayudar.
B.M.: ¿Cómo eres cuando no trabajas?
C.C.: Una persona normal. Me gusta disfrutar de mi familia, que es lo más importante en mi vida.
B.M.: ¿Dedicas demasiado tiempo a tu actividad profesional?
C.C.: Quizá más de lo que debería, pero quien algo quiere, algo le cuesta.