Al utilizar tantos productos diferentes sobre la piel, pueden producirse irritaciones o alergias que en muchos casos podrían evitarse si hiciéramos un mejor uso de todos ellos.
Comprar los cosméticos en tiendas especializadas puede ser garantía de que se trata de un producto seguro que ha pasado por los controles de calidad pertinentes.
Hay que leer bien el etiquetado y tomarlo al pie de la letra. Si un producto es específico para una zona del cuerpo, no debemos aplicarlo en ninguna otra que la señalada, a pesar de que dé muy buenos resultados. Además, si se trata de un cosmético nuevo que no hemos utilizado con anterioridad, debemos aplicarlo poco a poco, en pequeñas dosis y en una zona reducida para ver cómo reacciona la piel.
Debemos prestar atención a la fecha de caducidad. Un producto de cosmética caducado puede provocar picores, enrojecimientos... Hay que mantener los cosméticos en lugares adecuados y en buen estado. Olvidar los productos al aire libre y guardarlos sin tapa puede estropear su calidad.