Sellennials, bobos, dinks, millennials, lohas, matures, ageless... ¿Conoces cómo el marketing clasifica y posiciona a los consumidores dispuestos a gastarse su dinero en bienestar?
Hoy más que nunca, conocer a los diversos tipos de clientes, dispuestos a consumir bienestar, belleza y salud, es clave y crucial. Enfócate en ello y disfruta a su vez del aumento de ingresos que sus demandas y necesidades te harán experimentar.
Existen muchos y nuevos consumidores dispuestos a gastar su dinero en bienestar
LA BURGUESÍA BOHEMIA (BOBOS), pero no lo son.
El reinado de los bobos. Neologismo de burgueses y bohemios, este término fue acuñado por un periodista de Wall Street Journal, David Brooks, autor de Bobos in Paradise. Se refiere a una población 'graduada', con estudios de post grado, de 30 a 55 años de edad, a menudo compuesta por consultores, periodistas, profesionales o científicos de la informática.
Sus principales rasgos: moralidad y rebeldía. Se encuentran en el viaje de la realización personal y su significado.
En términos de consumo: sus valores encajan perfectamente en el movimiento del bienestar: hedonismo y estética, confort, autenticidad, ética, inconformismo...
DINKS, doble de ingresos, no tienen hijos.
Entre las categorías de consumidores de oda, también hay dinks (doble ingreso, no hay niños), parejas activas sin descendencia. Heterosexuales o gays, tienen un poder adquisitivo relativamente alto, pero su tiempo disponible fuera del trabajo sigue siendo limitado. Al igual que los bobos -una persona puede ser a la vez bobo y dink, conforman las filas de los profesionales liberales y los oficios relacionados con la web.
Sus principales rasgos: las parejas sin hijos disfrutan de más tiempo libre y tiempo para seleccionar servicios acordes a sus deseos.
En términos de consumo: para los centros de bienestar, salud, belleza, estética..., éste es un perfil ideal, siempre a la vanguardia de las nuevas actitudes y demandas de los consumidores. A las marcas de prestigio les encantan estos grandes viajeros, fans de los productos de moda.
LOHAS, los que consumen de manera diferente.
Cambiar el mundo adoptando un modo de consumo sostenible es el credo de los lohas, este nuevo mercado cuyo acrónimo significa "estilo de vida de salud y sostenibilidad". Impulsado por un sociólogo estadounidense, Paul H. Ray, en la década de 1990, este nicho de consumo está interesado en el medio ambiente, el desarrollo sostenible y la salud. Y ahora, más que nunca.
De hecho, se espera que el movimiento lohas se expanda rápidamente hasta el punto de dominar el consumo mundial. A resaltar que poco tienen que ver con antiguos ecologistas, no se retiran al campo. Sus consignas son la ética e integridad, le que les hace rechazar una sociedad demasiado materialista en favor de un estilo de vida 'chic' pero responsable, centrado en lo natural, lo orgánico, lo local y la autenticidad de los productos.
Sus principales rasgos: los lohas quieren usar su tiempo libre para florecer y dar rienda suelta a su creatividad, como sus musas: Madona, Georges Clooney o Julia Roberts.
En términos de consumo: dales el espacio en el que meditar y alguna que otra herramienta más, cromoterapia, té o bebida de bienvenida, aceites esenciales, música tántrica..., y el resto está hecho.
LOS MILLENNIALS, adictos al bienestar.
Se pensaba que estaban obsesionados con la novedad, adictos a la tecnología, con un toque de ética y transparencia. Sí, es cierto, pero hay más, tanto que ocupan capítulos y capítulos desde hace tiempo y sobre ellos cae el peso de ríos y ríos de tinta. Los millennials son también una tremenda palanca de desarrollo para el mercado del bienestar. Según un estudio de Harris Interactive para la revista Forbes, el 78% de los jóvenes estadounidenses prefieren gastar su dinero en sensaciones y nuevas experiencias en lugar de en la compra de objetos.
Sus principales rasgos: adictos a la personalización, los mayores de 18 a 34 años son, por lo tanto, un objetivo ideal para los spas. Pegado a sus teléfonos inteligentes, son fáciles de contactar. Y si disfrutan de su experiencia, la compartirán en las redes sociales. Pero seducirlos, es otro asunto. Son rápidos y pueden llegar a odiar lo que adoraban tan solo unas semanas antes.
En términos de consumo: con ellos, no hay cabida para el error. O eres excelente en todos los sentidos y les ofreces experiencias que dejen huella, o mejor, olvídalos, lo cual sería una pena, la verdad, son legión.
SENIORS O MATURES.
En el mundo del marketing y de la publicidad suele hablarse de 'seniors' para referir a personas de más de 50 años que, en España, por ejemplo, representan más de la mitad del mercado de gran consumo. El 38% de la población española tiene más de 50 años.
Sus principales rasgos: los 'seniors' son personas informadas, exigentes con las marcas y con sus valores. Constituyen un segmento muy amplio con una vida social activa. Gastan, se comunican en redes, etc. El catedrático de Economía Aplicada Antón Costas, describe a los seniors actuales como pertenecientes en su mayoría a una generación más culta, más saludable, más rica y con más ingresos medios que las anteriores, a quienes "les llega la jubilación como al que le llega un estupendo electrodoméstico sin instrucciones".
En términos de consumo: disponen de tiempo y dinero, ¿qué más se puede pedir? Solo tienes que convencerles, y no es muy difícil, quieren cuidarse y mantenerse.
LA GENERACIÓN SIN EDAD (LOS AGELESS).
Hoy en día es difícil saber qué edad tiene una mujer o un hombre, entre otras cuestiones, por la cantidad de tratamientos que existen para frenar el paso del tiempo, tú lo sabes bien. Parecer de 40 a los 50, de 50 a los 60 y así en adelante es posible. Hay personas que cuentan con una genética y salud privilegiadas y tantas otras que tienen voluntad y dinero para resistir a los embates del tiempo: actividad física, tratamientos estéticos, cirugías, etc. Estos son los 'sin edad' o agless, y sí, también cada vez son más.
Sus principales rasgos: el dinero no resulta un tema menor a la hora de "mantenerse" joven.
En términos de consumo: el cuidado de la dentadura, el cabello y el cuerpo cuesta, y a ellos, no les importa, nunca mejor dicho, 'cueste lo que cueste'.