¿Conoces la dismorfofobia o síndrome de distorsión de la propia imagen?
Este trastorno está relacionado con la preocupación fuera de lo normal por algún defecto, ya sea real o imaginado, de las características físicas de la persona
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Hace años que los cánones de belleza se imponen de forma exagerada y muchas personas buscan la perfección en su aspecto físico. En esto se basa la dismorfofobia o síndrome de distorsión de la imagen, un trastorno basado en una preocupación fuera de lo normal por algún defecto, ya sea real o imaginado, percibido en las características físicas propias.
La dismorfofobia o también llamado trastorno dismórfico corporal (TDC) afecta a 1-2 % de la población mundial. La baja autoestima (crónica) suele ser una de las características principales de las personas con TDC, pues su valía como personas se relaciona con la percepción que tienen de su apariencia. También hay estudios que señalan que la dismorfofobia se diagnostica a hombres y mujeres por igual. Esto hace que las visitas a los centros de belleza y de medicina estética sean frecuentes en busca de esa perfección que creen haber perdido.
Causas y factores de riesgo
- Trastorno obsesivo-compulsivo.
- Predisposición genética.
- Bullying u otro tipo de maltrato psicológico.
- Problemas psicológicos o emocionales tempranos.
- Sensibilidad estética y sobrevaluación de la imagen o apariencia.
¿A quiénes afecta?
Los diversos estudios señalan, como hemos destacado, que la dismorfofobia afecta tanto a hombres como a mujeres, y tanto a personas atractivas como a las que lo son menos.
Las personas que tienen este trastorno pueden quejarse de cualquier parte de su cuerpo o de varias a la vez, aunque hay estudios que demuestran que, en el 45% de los casos, se centran en cómo es su forma de la nariz. También es frecuente mirarse mucho los labios y los pechos, en el caso de las mujeres.
La dismorfofobia empieza a surgir en la época de la adolescencia cuando el cuerpo empieza a cambiar. En algunos estudios, un 59% de las mujeres adolescentes demuestran preocupación por su apariencia física y únicamente el 4% se centra en conseguir una mayor capacidad intelectual. A partir de los 20 ó 25 años entonces desaparece, pero cuando hay patología, es posible que la obsesión se prolongue al paso de los años. Los adultos lo viven de forma exagerada afectando, en gran medida, a toda su vida, sea laboral y social.
Principales síntomas de la dismorfofobia
- Obsesión por sus defectos físico.
- Comportamientos obsesivo-compulsivos.
- Ansiedad y depresión.
- Aislamiento social y familiar.
- Ideas suicidas.
- Baja autoestima.
- Temor y vergüenza.
- Conductas de evitación.
- Falta de seguridad.
- Problemas en la familia.
- Problemas de pareja.
- Abuso de alcohol o drogas.
- Alto perfeccionismo.
Es de señalar que las personas con este trastorno se someten a varias cirugías estéticas, realizan ejercicio de manera algo exagerada y están obsesionados con la comida. El fin es obtener un cuerpo ideal y, en la gran parte de los casos, inalcanzable.
La prevención, ante todo
Este trastorno debe ser percibido, primero en las casas, por lo que la educación familiar es imprescindible, también por los educadores, en el caso de que se trate de adolescentes, mientras que los profesionales de la belleza, deben transmitir ideas sanas acerca del aspecto físico y del perfeccionismo.
Si se convierte en obsesión no es sano, y entonces prevalece la salud mental y física antes que la apariencia. Controlar estas situaciones es muy importante, y en caso de que se requiera tratamiento, las personas pueden solicitar cuidados psicológicos.
¿Qué deben hacer los profesionales de la belleza?
Según la psiquiatra y experta en la materia Raquél Fernandez, de la clínica Ishtar Beauty, antes de someterse a una operación estética, "los profesionales que les atienden deberíamos examinar los aspectos de la personalidad, la estabilidad emocional y las expectativas del paciente. Muchas veces existe en ellos la creencia que un cambio físico también les va a conducir a un cambio psicológico, de ahí la importancia de las expectativas de cada paciente, teniendo claro que en este caso el plano estético ha de quedar por encima del psicológico. Hay personas que piensan que al tener un aspecto físico estandarizado serán queridos y aceptados socialmente".
Según la especialista, "hay que poder contestar a la pregunta ¿qué esperas de tu cirugía estética? Cambiar el plano físico y estético es bueno y nos ayuda a sentirnos mejor, pero nunca debemos supeditar estar bien a un cambio físico; debe ser una ayuda, no una obligación. Todas somos capaces de percibir alguna característica que no nos gusta y corregirla. Eso no es negativo y puede que alguna intervención estética ayude a mejorar nuestra imagen personal".
El Dr. Sergio Oliveros Calvo de Grupo Doctor Oliveros manifiesta: "En cualquier caso, nunca está indicado el tratamiento quirúrgico al que suelen acudir muchos de estos pacientes mucho antes de acudir a un psiquiatra. La cirugía estética proporcionará, todo lo más, una satisfacción temporal pero enseguida reaparecerá una nueva percepción deformada y regresará la ansiedad con una mayor intensidad. Según un estudio que publicó la BBC en 2015, “tan sólo un 10% de los dismórficos que pasan por el quirófano consiguen librarse, definitivamente, de su obsesión".
Por su parte, la doctora Ana María Téllez, de Clínicas Doctora Téllez, especifica que los médicos estéticos tienen la responsabilidad de detectar este tipo de patologías psicológicas y advertir de las mismas, "y procurar tratar sus deseos estéticos con profesionalidad para que no agraven el problema. Convencerles de que no realicen un tratamiento si este no les es necesario, o va a empeorar su aspecto, por mucho que ellos estén convencidos de que no pueden vivir sin ello".
Explica que en su caso, "Tengo varios casos de mujeres adictas a la estética, y lo destacable es que suelen ser muy jóvenes y que, realmente, no necesitan la mayor parte de los arreglos que quieren hacerse". Y reafirma que los profesionales "debemos intervenir para aconsejar e intentar que se vean bien. Cuando acuden a nosotros es porque no se gustan, sienten que tiene algo raro en su físico y piden cualquier tratamiento (generalmente rellenos). Acuden y repiten constantemente en la consulta porque no se gustan a sí mismos, e hagan lo que se hagan. Las más de las veces se encuentran defectos casi imperceptibles o inexistentes".
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