Clínicas Dorsia da un paso adelante en el cuidado de la salud de sus pacientes con su nuevo tratamiento especializado en lipedema, una enfermedad que se conoce poco y que suele estar infradiagnosticada. En 2018 fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud en la Clasificación Internacional de Enfermedades y se calcula que actualmente afecta alrededor de un 10-11%[1] de las mujeres a nivel mundial.
En línea con su compromiso de garantizar un bienestar integral para la mujer a través de tratamientos innovadores y accesibles, Clínicas Dorsia pone a disposición de sus pacientes un equipo de especialistas que diseñará un plan adaptado a su caso concreto y necesidades.
Tratamientos para combatir el lipedema en Clínicas Dorsia
El tratamiento indicado para hacer frente al lipedema es una cirugía de liposucción con técnica PAL (Power Assisted Liposuction), un método innovador que permite eliminar la acumulación excesiva de grasa que produce esta enfermedad de forma fácil y precisa sin dañar los tejidos, reduciendo los tiempos de recuperación e incrementando la retracción de los tejidos.
Existe, a su vez, una alternativa conservadora indicada sobre todo para pacientes de grado 1 (aquellos cuyo grosor del tejido graso no se haya desarrollado en exceso), que no requiere de intervención quirúrgica y permite frenar y combatir el lipedema. Se trata de un tratamiento de 6 meses de duración que incluye un plan de nutrición, fisioterapia, aparatología y atención psicológica; concretamente, sesiones de drenaje linfático combinadas con presoterapia y radiofrecuencia fraccionada.
Qué es el lipedema y grados de la enfermedad
El lipedema es a una enfermedad inflamatoria del tejido graso que se caracteriza por una acumulación desproporcionada de grasa. Podemos clasificar el lipedema en tres fases según el grosor del tejido graso:
- Grado 1: la piel permanece suave a la vista, aunque comienza a desarrollarse un tejido graso subcutáneo más denso con pequeños nódulos apenas perceptibles.
- Grado 2: los nódulos aumentan de tamaño y se vuelven más pronunciados, lo que lleva a la formación de depresiones visibles en la superficie.
- Grado 3: tanto la piel como el tejido subyacente se vuelven más rígidos y densos, con irregularidades marcadas en la textura de la piel y bultos grasos claramente visibles.
Y según la zona afectada:
- Tipo 1: la acumulación de grasa se localiza en áreas específicas, como las caderas y los glúteos.
- Tipo 2: la enfermedad comienza a extenderse hacia las rodillas, donde se observan acumulaciones de grasa más evidentes.
- Tipo 3: la grasa alcanza los tobillos y afecta la parte inferior de las extremidades.
- Tipo 4: los brazos presentan síntomas.
- Tipo 5: tipo menos frecuente, que se limita exclusivamente a la zona entre las rodillas y los tobillos.
Causas y síntomas de la enfermedad
Una de las causas principales de esta enfermedad inflamatoria es su alta predisposición genética y hormonal, ya que entre el 15%-64% de las mujeres que sufren esta patología tienen antecedentes familiares. Los primeros signos suelen manifestarse durante la pubertad y tienden a intensificarse después del embarazo y la menopausia.
Para aprender a reconocer los síntomas principales del lipedema, los expertos en Dorsia nos dan las siguientes pautas:
- Al no estar relacionado directamente con la obesidad y tratarse de una enfermedad inflamatoria, las pacientes no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales de pérdida de peso.
- Molestias casi constantes como sensación de peso, hormigueo y presión.
- Dolor inesperado al contacto.
- Apariencia de la piel más gruesa, con una textura similar a la de la celulitis.
- Acumulación anómala de grasa que se distribuye forma irregular, principalmente en las piernas y, en algunos casos, en los brazos.
Comúnmente se confunde el lipedema con otro tipo de patologías como el linfedema, los edemas secundarios o la obesidad, motivo por el cual es fundamental acudir a clínicas especializadas para tratar y diagnosticar la enfermedad correctamente.