"La salud humana es un reflejo
de la salud de la tierra”.
Heráclito de Éfeso, filósofo griego presocrático
nativo de Éfeso, ciudad de Jonia
(540 a. C.- 480 a.C.).
Las voces expertas coinciden: pronostican que en el futuro los centros de belleza se convertirán en epicentros de la salud. La transformación acontecida tras dos largos años de pandemia ha alterado la estética, que añade a la belleza más salud. O lo que viene a ser lo mismo, más cuidados y menos 'glamour'. La belleza concebida como prevención y recuperación, puesta a punto del cuerpo y la mente.
Lo que en definitiva pone al global de la industria, fabricantes, distribuidores, profesionales y centros, en el disparadero de la innovación. Nuevos servicios, nuevas recomendaciones nacidas del diagnóstico, hábitos de vida y dietas alimenticias complementarias, conceptos wellness de relajación y equilibrio, materias primas naturales y reciclables y/o recicladas, y texturas emocionales y emocionantes… Y algo muy interesante, la medicina tocando a la puerta.
Una llamada de atención que, junto a la otra gran tendencia del futuro, el consumo eco ético en belleza, nos debería hacer proyectar nuevas herramientas y ofertas de servicio con nuestros clientes.
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