(Banco de pruebas de aparatología de cavitación
Activéa: el primer equipo de cavitación manos libres )
La cavitación se define a partir de la generación controlada y repetida de micro-burbujas de vacío en el interior de un líquido, fluido o material fisiológico, seguido de su propia implosión. Este método se caracteriza por lograr romper las difíciles estructuras de los depósitos grasos localizados. Estas zonas suelen ser resistentes a las dietas de adelgazamiento, dado su carácter de almacenamiento y no son fáciles de eliminar, tampoco, a través del ejercicio o los masajes. La cavitación consigue actuar sobre estas zonas, liberándolas de la grasa. Es un reafirmante muscular y moldeador del cuerpo que obtiene resultados en pocas sesiones.
El principio físico de la cavitación no había sido usado por la medicina estética, hasta hace poco. Provoca la destrucción de la célula adiposa con la consiguiente transformación de la grasa en una sustancia líquida (diglicérido) que será eliminada a través del sistema linfático y vías urinarias. Las células grasas se ven expuestas a una sobrepresión, que rompe sus membranas, desencadenando la destrucción de los adipocitos. La grasa que contienen –los triglicéridos- se fragmenta en diglicéridos, pudiendo ser éstos últimos expulsados a través de la orina. A través de una emulsificación de la grasa, se consigue cambiar el estado de los depósitos grasos, pasando de sólido a líquido, convirtiéndolos en una sustancia fácil de eliminar mediante la orina. Se aconseja una dieta hipocalórica y la ingesta de al menos dos litros de agua antes y después de cada tratamiento, dado que es una parte imprescindible para poder eliminar la grasa.
Modalidades de la Cavitación
Existen algunas variantes dentro del campo de los tratamientos que integran la cavitación en su proceso de acción. Encontramos la cavitación estable, la doble cavitación y la ultracavitación. La primera modalidad es la llamada tradicional que funciona según el esquema explicado anteriormente. Es una alternativa a la liposucción quirúrgica, menos agresiva y más cómoda. Es un tratamiento que reduce la celulitis y los panículos adiposos con muy buenos resultados.
La doble cavitación, por otro lado, es el efecto producido por dos ondas de frecuencias distintas y combinadas, generando de forma controlada y repetitiva micro burbujas de gas. Paralelamente estas ondas interactúan generando un elevado aumento de temperatura interna por el efecto de vibración de la resonancia molecular y de la cavitación. El efecto de las burbujas es el aumento de temperatura, dado que acumulan energía, hasta que se colapsan y implosionan. Las células adiposas se exponen a esta energía, y por lo tanto se destruye de forma selectiva la grasa con la consiguiente transformación de la esta sustancia líquida, que después será eliminada a través del sistema linfático y urinario. Si se combina este procedimiento con el endomasaje, se genera una succión sobre la célula y se produce un estiramiento del tejido, aportando oxigenación a la zona, así como una mejor irrigación sanguínea.
Este tratamiento permite por efecto sonoforético una penetración de los principios activos y enzimas de cosméticos, consiguiendo un aporte muy importante de nutrientes muy beneficiosos para el organismo. Es muy recomendable realizar un drenaje en la zona justo después de la sesión para ayudar a la eliminación. No necesita anestesia y está dotado con la máxima seguridad para el paciente con un diagnóstico y un control previo realizado por el propio aparato. Permite resultados visibles a partir de la tercera sesión y con un efecto duradero. Se trata de un sistema que asegura eficacia y estabilidad a lo largo del tiempo. Por otro lado la ultracavitación incorpora ultrasonidos de baja frecuencia, que logran romper el tejido graso sin dañar la micro circulación. A través de las ondas que propagan vibración de ultrasonidos, se genera una sucesión de burbujas que crean una compresión estable capaz de separar los nódulos grasos, romper la membrana de los adipocitos y emulsionar la grasa que albergan.
Duración de las sesiones de Cavitación
Normalmente los tratamientos duran 35 minutos, que se reparten en un sola área de trabajo: abdomen, glúteos, zona externa o interna de la pierna. En cada sesión, hay una reducción de volumen de unos 2cm. Las sesiones se deben realizar cada 72 horas, tiempo necesario para que el organismo elimine la grasa. Se recomienda realizar entre 6 y 12 sesiones, dependiendo de la zona tratada y del estado del paciente. El mínimo de sesiones recomendadas son de 6 a 10.
Comparativa de aparatología de cavitación