Uno de los legados más importantes de la cultura japonesa es el amplio conocimiento en torno a las algas y sus secretos. Con el tiempo, este legado nos ha llegado a nosotros en forma de cosméticos y tratamientos de belleza. El más reciente, a cargo del instituto de Maribel Yébenes, utiliza los principios activos del plasma marino para estimular los tejidos, de modo que asimilen mejor los principios activos, y rejuvenecer el rostro.
El tratamiento facial de bioplasma marino nutre y facilita un aspecto luminoso a la piel. La vegetación marina, especialmente las algas, es beneficiosa para la dermis debido a los antioxidantes, vitaminas, minerales, ácidos grasos omega, ácido fólico y a los oligoelementos que contienen.
El procedimiento se inicia con un peeling de alfahidroxiácidos que elimina las células muertas de la superficie de la piel. Después se aplican ondas profundas que tonifican la musculatura facial y previenen los signos de envejecimiento.
Un tratamiento indicado para la piel apagada
A continuación, se aplica un suero a base de plasma marino rico en proteínas, vitaminas y minerales. El suero contribuye a hidratar y nutrir el cutis. Posteriormente, se emplean ráfagas de oxígeno y técnicas manuales con estiramientos y digitopresión que moldean el tejido y redibujan el óvalo facial.
Antes de finalizar se aplica una mascarilla plástica a base de extractos de plasma de origen marino, que preservan y restauran la suavidad, flexibilidad, elasticidad y tonicidad de la piel. De esta forma, se frena el envejecimiento prematuro. Y por último, se aplica una ampolla de soja y la crema Ultimate Day, de My Secret, que nutre e ilumina, de forma extra, la piel. El número de sesiones dependerá del estado de la piel y la edad del paciente.