"Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas
cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión,
una pequeña fortuna”.
Groucho Marx, famoso cómico
estadounidense (1890-1977).
El gasto de los consumidores en belleza ha alcanzado su nivel más alto en 2023. De hecho, y dejando de lado la inflación, en Europa las ventas de fragancias, productos para el cuidado de la piel y maquillaje de gran valor han crecido casi el doble de rápido que el mercado general de la belleza. Lo cual ha convenido en inventar formas de enfocar al consumidor en las compras denominadas de ultralujo. Un segmento al que mimar y sorprender.
En este sentido, han nacido boutiques para clientes que solo acuden a ellas por invitación y firmas como Gucci, por ejemplo, abren establecimientos donde el gasto mínimo exigido es de 40.000 libras en adelante con un objetivo único: atraer a los consumidores más ricos.
La belleza no quiere mirarse el ombligo y comprobando que los productos por encima de 200 euros o más siguen siendo atractivos para el cliente se centra ahora en atraer al más adinerado ofreciéndole no solo marcas premium y lujosas sino bienes y experiencias ultralujosas, el nicho de mercado que lo promete todo, y mucho...
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