Un estudio reciente con más de 20.000 adultos ha desatado una ola de preocupaciones sobre las populares dietas de ayuno intermitente, revelando que las personas que limitan su ingesta de alimentos a menos de 8 horas al día podrían enfrentar un 91% más de riesgo de fallecer a causa de enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellos que distribuyen sus comidas entre 12 y 16 horas. Presentado en las Sesiones Científicas 2024 sobre Estilo de Vida y Cardiometabolismo de la Asociación Americana del Corazón, el estudio preliminar destaca la necesidad de considerar el ayuno intermitente con cautela.

La importancia del enfoque individualizado

En relación con ello, la nutricionista Salena Sainz de Naturae Nutrición advierte sobre la interpretación de estos estudios y subraya la importancia de un enfoque individualizado. "El estudio no detalla los parámetros específicos de los participantes y resalta que el mayor riesgo es para personas con enfermedades cardiacas preexistentes o cáncer", señala Sainz.

La nutricionista invita a reflexionar sobre la calidad de los alimentos consumidos y los hábitos de vida mantenidos durante el período de alimentación: “La clave está en qué alimentos se ingieren y que hábitos de vida se mantienen. La densidad nutricional y en qué momento se produce la ingesta, así como si se practica o no ejercicio físico o se parte de patología previa o se fuma o bebe alcohol”.

Salena Sainz.

Decálogo de recomendaciones y precauciones de Salena Sainz sobre el ayuno intermitente y la alimentación en general

1. Evitar la autogestión: Sainz insiste en la importancia de no autodiagnosticarse o seguir ciegamente lo que se encuentra en internet. La supervisión profesional es clave para una dieta segura y efectiva.

2. Calidad sobre la frecuencia de las comidas: la nutricionista destaca que lo que importa no es si desayunamos, sino qué desayunamos. Una dieta libre de ultraprocesados y rica en nutrientes es esencial.

3. Moderación en la alimentación: la sobreingesta es un problema real. Un descanso digestivo es beneficioso, pero sin adherirse a un horario estricto.

4. Evidencia científica en autofagia: todavía hay un déficit de evidencia sólida que respalde la eficacia de la autofagia inducida por el ayuno.

5. Falta de consenso: el consenso científico sobre el ayuno intermitente aún no se ha establecido, por lo que es crucial personalizar las pautas dietéticas.

6. Riesgo de pérdida de masa muscular: una dieta que no combina adecuadamente proteínas, carbohidratos y grasas saludables puede llevar a sarcopenia.

7. Precauciones para diabéticos y personas con migrañas: para ciertos pacientes diabéticos o aquellos con migrañas, el ayuno intermitente puede ser un riesgo.

Una dieta que no combina adecuadamente proteínas, carbohidratos y grasas saludables puede llevar a una pérdida de masa muscular.

8. Promesas sin confirmar: Sainz aconseja cautela frente a las promesas no confirmadas del ayuno intermitente.

9. Cambio de hábitos sobre la restricción: restricciones severas pueden provocar ansiedad nutricional y una relación negativa con la comida. La especialista enfatiza en el cambio gradual de hábitos alimenticios sobre la restricción drástica.

10. Suplementos vs. alimentación correcta: la suplementación no es necesaria con una dieta balanceada y rica en nutrientes. Sainz aboga por una alimentación funcional que evite enfermedades y promueva la salud a largo plazo.

Estudios Científicos de Apoyo

Estos estudios resaltan que, aunque el ayuno intermitente es generalmente seguro y puede ser efectivo para ciertas personas, la prudencia y la individualización son esenciales. No hay una solución única para todos, y las estrategias de alimentación deben ser personalizadas teniendo en cuenta las necesidades y condiciones de salud individuales.

1. Restricción energética intermitente: un metaanálisis de Schroor et al. (2024) compara la restricción energética intermitente (IER) con la restricción energética continua (CER) y encuentra que no hay diferencias significativas en la mejora de los marcadores cardiometabólicos. Sin embargo, se observó una reducción de peso y masa libre de grasa con ciertos tipos de IER.

2. Prevención de enfermedades cardiovasculares: Allaf et al. (2021) descubren que el ayuno intermitente podría no ser significativamente diferente a otras dietas en términos de reducción de factores de riesgo cardiometabólico, señalando la necesidad de más investigación, especialmente en pacientes con condiciones preexistentes.

3. Beneficios cardiometabólicos del ayuno intermitente: Varady et al. (2021) observan que todas las formas de ayuno intermitente estudiadas producen una pérdida de peso leve a moderada y pueden mejorar la salud cardiometabólica al reducir la presión arterial y la resistencia a la insulina, aunque los beneficios varían y la evidencia es limitada.

4. Perspectiva del metabolismo energético: Dote-Montero et al. (2022) revisan cómo el ayuno intermitente afecta la salud cardiometabólica desde el punto de vista del metabolismo energético, concluyendo que puede mejorar la composición corporal y factores de riesgo clásicos, pero sin ofrecer beneficios adicionales significativos en comparación con la restricción calórica diaria.









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