Efecto 'halo', ¿la belleza lo es todo?

En un mundo donde las primeras impresiones dictan nuestras interacciones, el atractivo físico desempeña un papel protagonista en la forma en que percibimos a los demás. Estudios revelan un fenómeno conocido como 'efecto Halo', donde la belleza exterior influye en nuestra percepción de las cualidades internas de una persona. Desde el ámbito laboral hasta el judicial, el atractivo impacta en todos los aspectos de nuestra vida social.

Izanami Martínez.

Izanami Martínez, Madre, Antropóloga y Fundadora de Soulgate revela las claves del "efecto Halo"

En 2015, Parrett descubrió en una cadena de restaurantes de Virginia que las camareras más atractivas recibían al año 1.261 dólares en propinas que sus compañeras menos atractivas. Lo más llamativo del estudio, es que eran las mujeres las que daban propinas más discriminatorias.

En 1974, Michael G.Efran publicó un estudio que demostraba que los criminales más atractivos recibían penas inferiores por los mismos delitos.

En 1991, en una revisión sistemática de cientos de estudios científicos realizada por Eagly y su equipo constataron que desde la primera impresión, las personas atractivas son consideradas más felices, más competentes en su trabajo, más inteligentes, más honestas, más íntegras y más exitosas en sus matrimonios.

Incluso en el ejército, Edward Thorndike descubrió que comandantes puntuaban mejor en capacidad de liderazgo, energía, resiliencia, lealtad, generosidad, cooperación y organización a los soldados más atractivos.

Estos son solo algunos de los resultados científicos sobre el 'efecto Halo' que generan las personas atractivas. Este efecto, que fue descubierto en 1920 por Edward Thorndike, hace que los atributos positivos que asociamos a una persona a partir de una primera impresión, tiñan a lo largo del tiempo nuestra percepción y nos haga pasar por alto acciones negativas. ¿Por qué? Porque no somos inclusivos por naturaleza. La principal función de nuestro cerebro es la de mantenernos con vida y una de sus herramientas es categorizar rápidamente y de manera subconsciente los estímulos que recibe como seguros o peligrosos.

¿Cómo? A través de los sesgos subconscientes. Estos sesgos nos llevan, en el caso de la apariencia física, a juzgar en un segundo la moral, la capacidad, la personalidad y la honradez de la persona en función de lo atractiva que sea. Independientemente de su género o su etnia.

¿Entonces? ¿Qué podemos hacer para evitar discriminar sin intención? Haciendo consciente nuestro sesgo. Recibiendo la primera impresión sin asumirla como una verdad absoluta y poner de nuestra parte para profundizar en las cualidades no físicas de la persona que tenemos delante.

¿Cómo evitar que los sesgos de los demás limiten nuestras oportunidades?

El sesgo de la belleza incluye el atractivo natural y el adorno: vestimenta y maquillaje. Y aquí, los estudios científicos nos dan algunos tips para mejorar la primera impresión que generamos.

Por ejemplo, un estudio realizado por L'Oréal y la universidad de Harvard demostró que incluso a 250 metros los rostros empolvados (sin brillos ni imperfecciones) generaban más confianza que los rostros al natural.
El maquillaje y la vestimenta forman parte de nuestro lenguaje no verbal, que cuenta en un 70% de lo que comunicamos.

Llevar el cabello limpio y bien peinado. La piel matizada, sin brillos ni imperfecciones, un maquillaje discreto y natural y ropa limpia, cuidada y minimalista son la receta para crear la mejor primera impresión posible.

¡Ojo! Los estudios también han demostrado que el maquillaje demasiado cargado o la vestimenta demasiado estridente o provocadora causan el efecto contrario: desconfianza y una percepción negativa de la profesionalidad y la personalidad.

Izanami es una de las ponentes destacadas del programa de actividades de Beauty Contact, congreso independiente y estrictamente profesional, que se va a celebrar los próximos 14 y 15 de abril, domingo y lunes respectivamente, en el Hotel Meliá Avenida América.