Alérgenos y etiquetado, ¿qué está pasando?

Los alérgenos son sustancias que nuestro organismo detecta e identifica como extrañas. Al no conocerlas, nuestro cuerpo se pone en alerta, lo que da lugar a reacciones alérgicas.

Hay que tener en cuenta que cualquier sustancia puede ser susceptible de producir alergias, tanto las de origen natural como aquellas sintetizadas en laboratorios. Algunos de los alérgenos más comunes son los ácaros del polvo, el polen o incluso determinados alimentos.

Alérgenos en cosméticos, saber más

En el ámbito cosmético ocurre lo mismo y cualquier ingrediente podría provocar una reacción alérgica. Sin embargo, la mayoría de alérgenos cosméticos se encuentran principalmente en las fragancias y aceites esenciales.

Las fragancias son moléculas aromáticas. Se añaden al producto con el objetivo de mejorar la experiencia sensorial de los cosméticos. Obviamente, estas sustancias no solo se usan en los cosméticos, sino en una amplia de variedad de productos. Desde detergentes y suavizantes a alimentos o bebidas. Todos ellos añaden perfumes con el fin de mejorar la experiencia del consumidor.

Centrándonos en los alérgenos cosméticos, la mayoría de los problemas que producen se deben al contacto del alérgeno con la piel, generando alergias e irritaciones cutáneas. La alergia se produce cuando la piel del usuario se expone a una cantidad suficiente de alérgenos durante determinado período de tiempo. Tras el contacto con el alérgeno, nuestro sistema inmunitario puede reaccionar inflamándose o enrojeciéndose. Esto se conoce como dermatitis alérgica de contacto.

Identificar los alérgenos

La industria cosmética vela por la seguridad de los consumidores. Por esta razón, es obligatorio informar sobre la presencia de alérgenos a través del etiquetado del producto. Concretamente, en la lista de ingredientes.

Aunque, como ya hemos comentado, cualquier sustancia es susceptible de provocar una reacción alérgica, hay una serie de compuestos con una mayor capacidad sensibilizante: los considerados alérgenos. Estos están reconocidos por la Comisión Europea y por el Reglamento (EC) 1223/2009, que además dicta que los alérgenos deben ser declarados en el etiquetado del producto si su concentración supera determinados límites.

En el caso de productos cosméticos de aclarado, se deben etiquetar los alérgenos que superen o igualen una concentración del 0,01%. Y, si el producto es de permanencia, se etiquetarán los alérgenos que tengan una concentración igual o superior del 0,001%. Es lógico que para un producto que no se aclare los valores sean más estrictos que para un producto de aclarado, ya que en este último el producto permanece en la piel menos tiempo.

¿Existen los cosméticos exentos de alérgenos?

En primer lugar, hay que entender que el hecho de que en la etiqueta de un producto no aparezcan alérgenos no implica que esté libre de ellos. Puede que simplemente no contenga las sustancias consideradas alergénicas en concentraciones superiores o iguales a las marcadas. Aun así, eso no garantizaría que un producto no vaya a generar reacciones alérgicas ya que, como hemos comentado, una persona puede ser alérgica a un ingrediente que para otros es totalmente neutro.

Por este motivo, el reglamento sobre productos cosméticos decreta que solo pueden usar la etiqueta de “hipoalergénico” o “sin alérgenos” aquellos productos que hayan sido diseñados con el objetivo de reducir su potencial alergénico. Por supuesto, esta verificación debe sustentarse en pruebas verificadas y contrastadas.

Etiquetado cosmético

El etiquetado de los alérgenos surgió en 1999 con el objetivo de identificar los alérgenos a los que un individuo ha estado expuesto antes de experimentar una reacción alérgica y así poder realizar las pruebas de la alergia de la forma más eficiente posible.

Hasta ahora, los alérgenos de obligada declaración en etiquetas eran 26. Por lo tanto, estas sustancias debían ser declaradas obligatoriamente como alérgenos en la etiqueta si su concentración superaba los niveles comentados.

Con el objetivo de mejorar la seguridad del consumidor final, la Unión Europea ha actualizado en el primer semestre de 2023 el listado de alérgenos en cosméticos de declaración obligatoria. Y es que, aunque para muchos sea una novedad, estas modificaciones del etiquetado de alérgenos en cosmética fueron propuestas por el Comité Científico en Seguridad de los Consumidores (CCSC) en 2012.

Por tanto, la principal novedad del etiquetado cosmético es la ampliación de la lista de alérgenos, con la adición de 55 nuevas sustancias.

Listado de alérgenos en cosmética

Como resultado, tras la ampliación del listado, los alérgenos de obligada declaración en etiquetas son 81 ingredientes. Es decir, a las 26 sustancias anteriores se les han sumado las 55 nuevas. El motivo del cambio es que se ha demostrado su capacidad sensibilizante para el consumidor.

No obstante, los niveles mínimos para la declaración de alérgenos siguen siendo los mismos que hasta ahora. Es decir, se debe etiquetar si la concentración de alérgenos es igual o mayor de 0,001% en productos cosméticos que no se enjuagan (como lociones corporales o cremas faciales) o igual o mayor de 0,01% si el producto se aclara tras su aplicación (como geles de ducha o champú).

Etiquetado de alérgenos, plazos

La fecha establecida para que haya 81 alérgenos de obligada declaración en las etiquetas es el segundo trimestre de 2023. Posteriormente, se dispone de un período de 3 años, hasta 2026, para rediseñar y adaptar las etiquetas de los productos cosméticos de acuerdo con los nuevos alérgenos cosméticos.

El plazo límite para retirar del mercado todos aquellos productos que no cumplan con las etiquetas según los cambios en el reglamento es 2028.

En resumen, las empresas cosméticas están obligadas a modificar las etiquetas de los cosméticos tanto en formato como en contenido, añadiendo los nuevos alérgenos cosméticos. Además, deben gestionar los cambios en los documentos de las formulaciones.

Una vez más, este cambio en el etiquetado de alérgenos es una prueba de las continuas revisiones a las que se somete el sector cosmético con el objetivo de garantizar la seguridad del consumidor. La ciencia avanza cada día y con ella también lo hace la regulación.

_{Fuente: Zschimmer & Schwarz.}