SPF, todo lo que necesitas saber sobre fotoprotección

En plena desescalada, y tras más de dos meses de confinamiento, las ganas de salir al aire libre pueden hacer que olvidemos el uso de un fotoprotector adeuado. No podemos obviar que la piel tiene memoria y sigue siendo necesario protegerse de los radicales libres. Sepamos por qué.

Qué son los radicales libres

Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8, explica: "Nuestras células tienen moléculas y átomos rodeados por electrones que se emparejan para mantenerse estables. Sin embargo, la radiación puede hacer que varias moléculas terminen con un electrón desparejado en su órbita, es decir, un radical libre. Cuando esto ocurre, surge una búsqueda para compensar ese electrón de manera que unas moléculas se lo roban a otras, generando un círculo vicioso de radicales libres que alteran el orden celular de la piel. Ello desencadena, por ejemplo, que se pierdan depósitos de colágeno y elastina y un consecuente envejecimiento prematuro. Esto se puede prevenir con un SPF adecuado y una buena carga de antioxidantes en nuestra piel".

Antioxidantes para plantar cara a los radicales libres

Raquel González, directora de educación de Perricone MD comenta: "Los antioxidantes donan, de manera desinteresada, sus propios electrones para compensar los radicales libres, parando el ciclo de robo de electrones. Además, nunca se vuelven peligrosos como los radicales libres, puesto que su estabilidad no depende de la pérdida de electrones, por lo que no atacarán a las células para robar como sí lo hace un radical libre. Por ello los antioxidantes ayudan a neutralizar los daños causados por el sol".

El organismo tiene su propio suministro de antioxidantes, aunque es posible que se agoten por factores como el estrés o la contaminación. Por eso, es esencial mantener los antioxidantes recargados a través de una dieta equilibrada y un correcto cuidado de la piel.

La lista de ingredientes antioxidantes puede ser infinita, aunque existen alimentos ricos en minerales y vitaminas, además de activos de uso tópico, con los que se puede cargar la piel en particular y el organismo en general. ¿Ejemplos? "Las vitaminas A, C y E son antioxidantes por sí mismas y su estructura ayuda a equilibrar otros antioxidantes. Están presentes en muchas frutas como las frambuesas, las fresas o las cerezas. Otros ingredientes como el ácido alfa lipoico (presente en la clorofila, el brócoli y otros alimentos de hoja verde) tienen también estas propiedades, al igual que el extracto de cáscara de mangostán, el aceite de hoja de romero, el extracto de fruta de dragón o la baya saskatón. Cabe destacar, también, el Cobre PCA, con una capacidad de rendimiento antioxidante 40 veces mayor que algunos de los mencionados anteriormente", explica Raquel González.

SPF biológicos, químicos y físicos

A los antioxidantes se les ha denominado, en muchas ocasiones, SPF biológicos ya que fortalecen la resistencia cutánea. Si bien son un gran apoyo contra la radiación, requieren de aliados como un SPF físico o uno químico. "Mientras que los filtros físicos (normalmente de origen mineral) crean una película en la piel que refleja los rayos solares, los químicos penetran en el tejido y provocan una reacción que potencia la capacidad protectora. Para ello, transforman la energía solar en calor para que no sea tan nociva", explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Muchas marcas combinan los filtros físicos con los químicos en sus productos de protección solar. E incluso añaden a las fórmulas ingredientes que refuerzan la función antioxidante de la piel, creando una protección lo más completa posible de la piel.

Muchos filtros químicos tienen mala fama puesto que hay un largo recorrido de marcas que usaban principios tóxicos para la piel o con cierta inestabilidad, "Pero esto nada tiene que ver con los filtros de última generación que usan la mayoría de marcas actuales de manera responsable. No tiene sentido vender un filtro que proteja la piel y que, a la vez, sea tóxico. Sería como matar el hambre con más hambre", comenta Valeria Navarro, directora técnica de Boutijour.

SPF a reaplicar cada dos horas

La capacidad del filtro se ve reducida por factores externos, como el agua (en tiempos de piscina o playa) o el propio sudor, derivando en una menor cantidad disponible de la que inicialmente habíamos aplicado. Además, la experta de Medik8 añade: "El tiempo medio de máxima eficacia de un filtro está en torno a las dos horas de vida, por eso es tan importante reaplicarlo pasado este tiempo. De hecho, muchos filtros solares son inestables tras una hora de exposición al sol, como la oxibenzona, por ejemplo, cada vez menos presente en estos productos por la poca calidad que ofrece y sus efectos nocivos".

La piel tiene memoria

Obviamente, la piel no tiene memoria en un sentido literal, pero sí figurado. Esto se debe a que los daños producidos no siempre se aprecian al instante. Bella Hurtado, directora de educación de Aromatherapy Associates, explica: "Dependerá de la alteración en el ADN de la célula. Según el tipo de alteración, tardará más o menos en dar la cara. Mientras que sí hay daños instantáneos como son las posibles quemaduras, otros no siempre son visibles a corto plazo y su aparición dependerá de la alteración celular que se produzca en el tejido. La aparición de manchas por procesos de hiperpigmentación (una acción que produce la piel para intentar protegerse del daño solar) puede tardar años en aparecer, o el envejecimiento por una bajada en los niveles de colágeno se verá siempre a medio o largo plazo, nunca el mismo día que nos exponemos al sol. Además, los daños pueden ser acumulativos, produciendo una cadena de desajustes que, a la larga, finalicen en problemas mayores si la exposición al sol se repite de forma asidua".

La hidratante con SPF, ¿sirve como protector en la playa?

No, puesto que suelen ser productos de tratamiento pensados, sobre todo, para exposiciones del día a día: de casa a la oficina, un paseo corto por la ciudad, etc. Los SPF de playa deben ser protectores solares pensados y formulados con esa única función, mientras que los tratamientos con SPF incluyen muchos más activos que buscan tratar la piel a diario. La combinación ideal es: aplicar la hidratante con SPF por la mañana, tras la ducha, y en las reaplicaciones, poner el producto con fin solo de protección solar.

Cosméticos de fotoprotección recomendados

• Suplementos nutricionales. Suplementos alimenticios a partir de frutos rojos combinado con açai, un alto aporte de vitaminas con capacidad antioxidante. perriconemd.es
• Hidratante con filtros físicos. Crema con vitamina C, astanxantina antioxidante y absorbente de la radiación ultravioleta, además de filtro físico de protección solar SPF30. perriconemd.es
• Hidratantes combinadas. Hidratante de día protectora de múltiples tipos de radiación con una combinación de filtros físicos y químicos. Ofrece SPF30. Incluye extracto de semilla de cacao teobroma que protege de la luz azul. Medik8.es
• Crema solar. Protector solar mineral para rostro y cuerpo con SPF30. PureNicheLab.com
• Hidratantes con filtros químicos. Hidratante que trata la pigmentación, la inflamación y protege con filtro químico SPF50. SMThebeauty.com
• Complejos antioxidantes. Complejo antioxidante con cobre PCA, vitamina E, péptidos antiedad y activos neutralizadores de radicales libres. Medik8.es