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He aquí que te enfrentas con un nuevo maquillaje en tu centro de belleza o salón. No es la primera vez ni será la última que hablemos de maquillaje en nuestras páginas. Hoy lo haremos centrándonos en un elemento clave y obligado de todo y cualquier makeup, el colorete. A veces no tan cuidado como debería y que puede arruinar el final y toque último del proceso, trucos y secretos de nuestra decorativa.

El tono y la forma de aplicar el colorete son la clave para recrear las facciones y transformar casi ¡por completo! el rostro. Así pensamos y así lo afirman los profesionales.

Procedemos a identificar los patrones que participan en esta 'matemática del color' en lo referido a makeup, incidiendo especialmente en el brush o colorete. Objetivo, encontrar el look que más favorezca a tu clienta. Para ello nos aliamos con los entendidos. Es el caso de Alice in Beautyland.

Da con el tono

Iniciamos el viaje en busca del efecto 'buena cara' que mitigue rasgos de cansancio o de la edad. Para ello, hemos de ser conscientes de que la referencia con la que construiremos la paleta de colores siempre será la piel, no tanto los ojos o el cabello. Así lo explica Eva Raya, cosmetóloga y cocreadora de Alice in Beautyland.

Es Eva quien nos propone la primera clasificación a tener en cuenta a la hora de realizar cualquier tipo de maquillaje. Y ésta se refiere al tono de la piel sobre el que vamos a trabajar. Según sea, se procederá de un modo u otro para obtener el mejor 'color' posible gracias al makeup.

» Si la piel es clara: "La elección será la de los tonos claros y empolvados, de aire romántico y rejuvenecedor. Son los más suaves y los recomendados cuando se busca un aspecto juvenil o inocente".

» Si la piel tiene un todo medio: "Apuesta por el mix de tonos. Prueba a usar un tono claro sobre la mejilla y añade dimensión con un tono más marcado en el centro. Difumina en movimientos circulares".

» Si la piel es olivácea: "Elige tonos vivos y alegres que te iluminen la piel. Los melocotón y fresa suelen quedar perfectos en estos casos".

» Si la piel es oscura: "los tonos vivos y saturados crean un contraste muy favorecedor. También funciona muy bien un colorete iluminador satinado".

La teoría de los colores

Y todo esto, partiendo, efectivamente, de la teoría del color. Revisemos sus bases.

COLORES PRIMARIOS.
Son aquellos colores básicos o fundamentales de los que derivan todos los demás colores.

COLORES SECUNDARIOS.
Son aquellos que se obtienen de la mezcla de dos primarios en igual proporción.

• Verde: amarillo + azul.
• Violeta: rojo + azul.
• Naranja: rojo + amarillo.

COLORES TERCIARIOS.
Estos son colores que se crean a partir de mezclar los colores primarios con los secundarios, en misma porción. Por ejemplo un azul violáceo. Los colores terciarios se consiguen añadiendo más cantidad de los colores primarios a cada color secundario, dándonos nuevas tonalidades dentro de las mismas gamas.

En cuanto a las 'dimensiones del color', hemos de tener siempre presente la siguiente clasificación: Tinta: matiz (color) que tiene en su combinación blanco. Ejemplo: Rosado.
Tono: matiz que tiene en su mezcla el color gris.
Sombra: matiz que tiene en su mezcla el color negro.

Armonías del Color

Las armonías del color son muy importantes para comprender la teoría del color. Cuanto más precisa sea la armonía mayor será la belleza conseguida.

Existen 4 tipos básicos de armonía, donde el color puede ser:

» Análogo. Cuando se utilizan los colores terciarios. Es muy sencillo elegir maquillajes basados en la analogía pues quedan siempre elegantes y sutiles.

» Monocromático. Cuando en un mismo trabajo se utiliza un matiz en sus diferentes tintes, tonos y sombras. Muy típico en los 80 en que el tono de sombras, colorete y labial iba a juego.

» Complementario. Los colores opuestos entre sí en la rueda de color. Se utilizan para un look más marcado y con contraste. Destacan mucho si están juntos unos a otros pero si los colocamos uno encima del otro se anulan. Para maquillaje se utilizan mucho sobre todo para anularse entre sí, a modo de correctores.

» Acromáticos. Cualquier color que carece de fuerte contenido cromático se dice que es saturado, acromático o neutral. Los colores acromáticos puros incluyen negro, blanco y todos los grises; los neutrales incluyen marrones, tostados, pasteles y colores más oscuros.

La experta de Alice en Beautyland aconseja: "Si usamos un rojo de labios, conviene acompasar la 'temperatura' (tono cálido o frío) al del colorete. Los matices anaranjados van mejor con el colorete melocotón o marrón y el labial burdeos, con el colorete rosa o lila, por poner algunos ejemplos. Si usas sombras de ojos, también deben ir en consonancia".

Cuando los labios van pintados de rojo o de algún tono intenso, entonces la cantidad de colorete que apliques debe ser muy discreta.

Si lo que prefieres, al contrario, es centrar tu maquillaje en la aplicación del colorete, entonces opta por labios en tonos nude o muy claros como el rosa, el brillo transparente, el color melocotón, etc.

Nunca olvides que la cantidad de colorete que apliques debe ser siempre discreta, similar al modo en el que luce nuestro rostro cuando realizamos algún esfuerzo físico. Cualquier exceso en la aplicación de este cosmético será un error que correrá en contra de la naturalidad y el efecto buena cara.

Los colores, además, se dividen en cálidos y fríos, otra de las reglas básicas de la matemática del maquillaje. A ellos se unen los tonos neutros, una combinación de ambos.

LOS COLORES CÁLIDOS.
Son colores luminosos y enérgicos que tienden a crear volumen, ya que llaman la atención sobre cualquier área en la que se coloque. Por ejemplo; rojo, naranja e incluso el amarillo. El color dorado es cálido por excelencia.

LOS COLORES FRÍOS.
Tienden a dar profundidad y no crear volumen. Por ejemplo: verde, azul incluso morado. El plateado es tono frío por excelencia.

Manejar al dedillo estos conceptos es fundamental a la hora de maquillar.

Trucos de aplicación

Los maquilladores profesionales han de manejar los trucos del maquillaje en función del objetivo que persigan. Así, Eva Raya, nos apunta tres básicos del makeup.

» Disimular volúmenes: "Si hay que corregir algún rasgo desproporcionado, como una mandíbula excesivamente prominente, por ejemplo, puedes dirigir la atención hacia los pómulos aplicando una buena dosis de colorete en un tono subido. Aplícalo dibujando círculos para que quede bien difuminado".

» Enfatizar los pómulos: "Cuanto más luminosos, ¡mejor! Actualmente, los iluminadores arrasan y deben formar parte obligada de nuestra paleta de elección". Eva aconseja en este caso, Curious de Alice in Beautyland.

» Esconder el cansancio: "Cualquier tono de blush que avive el rostro y 'despierte' la mirada vale. En cuanto a la aplicación, lo recomendable es desde el centro de la mejilla a la parte alta del hueso del pómulo, siempre en movimientos circulares".

» Doble uso: "Una manera sencilla de equilibrar el colorido es emplear el mismo tono de colorete para todo el look: mejillas, párpados y labios. Para ello, sólo tendrás que añadir un poco de bálsamo labial a los polvos de colorete y aplicar la mezcla. También es una buena solución para conseguir un maquillaje favorecedor en tiempo récord, o para sustituir un producto concreto que te falta en el momento".

Crema o polvo

Para aplicar el colorete en polvo necesitarás siempre una brocha gruesa o mediana adecuada para este tipo de producto. Si optas por el colorete en crema, el proceso es distinto.

Si optamos por polvos, lo mejor es tomar con la brocha una cantidad modesta de colorete y aplicarla en la piel. Es importante extender primero el producto y difuminarlo pasando la brocha dos o tres veces pero sin agregar más blush.

Por su parte, el colorete en crema es un cosmético ideal para aportar mayor frescura y luminosidad. Ofrece un acabado natural con un tono más o menos intenso, según nos guste, y una mayor duración que los rubores en otras texturas como los que se presentan en polvo o en barra. Es importante tener en cuenta que el colorete cremoso está indicado especialmente para pieles secas y no es muy adecuado para las pieles grasas, ya que puede acentuar la oleosidad del rostro.

Para extender con éxito el colorete en crema:

1) Elige la brocha adecuada. La mejor opción es la llamada brocha mofeta, un tipo de brocha gruesa con cerdas negras que tienen las puntas blancas. Con ella, el acabado será impecable y nada artificial.

2) El colorete en crema debes aplicarlo antes de los polvos traslúcidos o compactos, ya que si lo hacemos posteriormente no se deslizará bien sobre la piel. El siguiente paso es coger muy poca cantidad de producto dando toquecitos con la brocha mofeta en el colorete. Ten en cuenta que la textura cremosa ofrece una mayor pigmentación que la textura en polvo. Al finalizar el maquillaje, podrás aplicar más rubor si quieres obtener un tono más intenso.

3) Ahora, haz sonreír a tu clienta y aplica el colorete en crema con la brocha justo en la manzana de las mejillas. Luego, difumina bien el producto llevándolo desde el hueso del pómulo hacia la sien o nacimiento del cabello hasta que veas que el colorete se ha fundido con tu piel. Cuando hayas acabado, comprueba si estás conforme con el tono obtenido o si prefieres intensificarlo con un poco más de cantidad.
En el caso de que no dispongas de una brocha mofeta, también puedes aplicar el colorete en crema con la yema de los dedos anular o corazón mediante movimientos circulares y siguiendo el procedimiento anterior.

4) Un truco muy valioso de los maquilladores profesionales es aprovechar el toque de frescura que el colorete en crema ofrece al rostro y aplicar un ligero toque de rubor en la frente, el puente de la nariz y el centro de la barbilla. Hoy por hoy un gesto que luce en los maquillajes más cool del momento.

Por último, apuntar que la elección del colores y un colorete orgánico, natural y a la última será otro de tus grandes aliados. En este caso, Alice in Beautyland recomienda Blush Me, con diamante, rubí, polvo de amatista, piedra luna, polvo de perlas, óxido de zinc, dióxido de titanio (antiinflamatorios que actúan como filtros solares naturales), silíceo (favorece la síntesis de colágeno y aporta elasticidad a la piel), caolín (regula la producción de grasa) y mica (ilumina y suaviza la piel).

Disponible en 5 tonos: Cheerful, Creative, Curious (iluminador), Creative, Explorer (los dos últimos, los best-sellers por ser los más parecidos al rubor natural).