Nada nos hace envejecer
con más rapidez que el pensar
incesantemente en que
nos hacemos viejos.

George Christoph Lichtenberg,
profesor de física y científico
alemán del siglo XVIII.

Nadie lo duda, ni lo discute. Estamos todos de acuerdo. Los medios de comunicación lo apoyan, y los sociólogos lo afirman: el aspecto externo de las personas en los países occidentales es, en general, su primera carta de presentación para el resto de los mortales. El rostro se convierte en el objetivo prioritario a tratar. Y no sólo por parte del sexo femenino. Los hombres también se preocupan por su cuidado y mantenimiento. Y todo ello, y cada vez, sin importar la franja de edad. Más o menos jóvenes o mayores, hombres y mujeres quieren y desean cuidarse, mejorar su imagen y mantenerla por más tiempo. Y esto, sin duda, se nota. Se nota en las técnicas, propuestas, equipos, tecnología, centros... En los tratamientos estéticos y quirúrgicos, en la cosmética y la estética, y en la demanda cada vez mayor de soluciones a los problemas derivados del paso del tiempo.

El anti-aging es una palabra de moda. Anti-aging, antienvejecimiento, antiflaccidez, antiarrugas, antimanchas... La estética y sus profesionales están de enhorabuena. Son ya figuras ineludibles a las que recurrir y en las que confiar. Por eso, la respuesta por su parte debe ser igualmente sólida y fidedigna, respaldada siempre por su saber hacer.
Un camino ya trazado en el que el perfeccionamiento constante es la clave y en el que Beauty Market Estética tiene mucho que decir. En este número no hemos querido dejar escapar la ocasión de analizar y recopilar para vosotros la información que el mercado arroja actualmente en torno a dos puntales de la belleza y el mantenimiento del rostro. Se trata de la cosmética denominada de efecto Botox y de la aparatología bautizada como anti-aging. Pero también, como siempre, completando nuestras páginas con todo un mundo de posibilidades a tu alcance.









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