Ay, ay, ay... ¿Soy yo, él o ella, o es que me estoy volviendo loco(a)?
¿Cuántas veces te has impacientado ante un cliente debido a su extraño o maleducado comportamiento, has aguantado mil y una, pero finalmente has estallado, y encima eres tú quién en el fondo te sientes culpable por tu reacción...?
Imaginamos que en numerosas ocasiones, más de las deseadas, por supuesto, te has enfrentado a este caso. Pues bien, seguramente tu percepción no haya sido equivocada y te encuentres antes un cliente tóxico, la definición que el marketing expresa ante determinados tipos de personas que en un negocio, tienda y/o servicio muestran modos de ser y estar que se salen de lo común y de la reglas básicas de la cordura y la convivencia.
Vamos a arrojar un poco de luz sobre el cliente tóxico, para que sepas identificarlo y cómo manejarlo para finalmente, así, no sentir culpa ni explotar de un modo que, por supuesto, no te conviene, ni a ti, ni a nadie.
Qué es un cliente tóxico
Llamamos cliente tóxico a aquel que manifiesta una serie de comportamientos tales como:
- No valorar tu trabajo.
- No querer pagarte o demorarse eternamente cuando llega el momento del pago, poniendo todo tipo de excusas.
- Exigirte mucho más que los servicios que ha contratado.
- Ponerse agresivo y amenazarte (¡lo último!).
Un cliente tóxico, además, puede combinar dos o más de estas actitudes.
Una personalidad de este tipo, tóxica, es muy nociva, y puede hacerte perder el tiempo, la paciencia y la autoestima. Lo que es seguro es que perturbará tu paz, y probablemente tu actividad profesional se resienta a consecuencia de ello. Incluso puede afectar a tu vida personal, lo que es aún más grave.
Lo mejor, deshacerse de él, el cliente tóxico y peligroso. Al fin y al cabo a nadie le interesa este tipo de clientes, que nos perturban, interior y exteriormente.
Tipos de clientes tóxicos y qué hacer con ellos
Un cliente tóxico es aquel que actúa de manera abusiva, imprudente o quejosa, ocasionando problemas a la empresa o empleados.
Los 5 tipos principales son los siguientes:
1.- El cliente que desoye los consejos y asesoramiento dado.
Muchas veces puede ocurrir que un cliente desoye nuestros consejos o no está de acuerdo con nuestra opinión. En principio podría ser normal tener una diferencia de perspectiva, lo que ya no se puede permitir es que sea algo constate en el tiempo.
Este tipo de clientes puede terminar dañando la reputación de la empresa si decide culparla por su falta de éxito. Son clientes que, en un momento dado, pueden llegar a acusarnos de falta de profesionalidad, mejor alejarse de ellos.
2.- El cliente agresivo.
Este es otro caso en el que se pueden advertir señales de problemas, presentes y futuros. Dichos clientes no buscan un producto o servicio, sino una razón para pelear, quedar por encima o, incluso, perjudicar y dañar a la persona que tienen enfrente. Incluso si eres buen profesional, el cliente agresivo encontrará algo de qué quejarse y mostrará furia al expresarlo.
Aceptar este tipo de comportamiento no es beneficioso para ninguna empresa y puede acabar por pasarle factura como propietario de un negocio.
3.- El cliente al que le cuesta pagar.
No pagan, bien sea porque tardan en hacerlo poniendo mil excusas y dando 1.000 vueltsa o bien porque es el típico regateador, que los hay y muchos aún en estos tiempos.
Ante una situación de este tipo siempre es mejor tratar de cobrar los pagos pendientes, que seguro te ha dejado más de uno y terminar la relación.
4.- El cliente exigente, ese que se cree que lo sabe todo.
Este cliente está seguro de que sabe todo sobre ti y tu negocio y, por lo tanto, es escéptico y arrogante en la conversación. Es casi imposible de sorprender, convencer o influir emocionalmente de alguna manera en este usuario: es el sabelotodo.
Cuesta hacerle entrar en razón. Además, suele ser exigente, con encargos urgentes, de última hora o excesivos. No valora el tiempo y el esfuerzo que requieren las cosas. Por eso, tampoco nos interesa, nos hace perder tiempo y dinero.
Un cliente tóxico es aquel que actúa de manera abusiva, imprudente o quejosa, ocasionando problemas a la empresa o empleados.5.- El cliente que no sabe lo que quiere.
Al contrario del sabelotodo, el indeciso nunca está seguro de nada. Aparentemente no es una persona conflictiva, pero tiene su punto negativo, éste, el de no saber y liarnos la cabeza.
Es un tipo de cliente que nos puede robar mucho tiempo y energía para nada. Acabaremos frustrados tratando de explicarle, aconsejarle y darle mil razones para que pueda tomar una decisión y, finalmente, perder la venta, el servicio, o perder más tiempo de lo conveniente porque no se ha decidido por nada.
Por regla general a un cliente englobado en estos 5 tipos no compensa tenerlo cerca. Tal y como ya habrás podido deducir y te hemos adelantado.
A un cliente tóxico, siempre es mejor decirle adiós. Sin contemplaciones, cuanto antes, mejor.
Eso sí, ten siempre a mano, potenciales clientes que lo sustituyan. De esta manera evitaremos pérdidas de todo tipo, en tiempo, esfuerzo, dinero y dignidad, esto último, lo más importante.