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Lo de José, José Urrutia es un tú a tú con la moda del que nacen creaciones que dejan huella y un poderoso influjo, el de la peluquería concebida como arte y tendencia. Sereno, sencillo, de un carácter propio, por único, personal y bueno, José une a todo ello su propia impronta, anclada a bucles, peines y atrezos.

Bilbaíno universal, no se cierra fronteras, José Urrutia es uno de esos profesionales que sin prisa pero sin pausa ha logrado izar a lo más alto del mástil la bandera que ondea a los cuatro vientos la naturaleza de su estandarte, pasión por el cabello y pura artesanía. Su éxito se cifra en su impecable labor, labor y esfuerzo diarios y el toque mágico de las musas cuando, frecuentemente, bajan a verlo.
Por eso, hoy, conversar con José, José Urrutia, es una puerta abierta, una entrada al conocimiento y la experiencia, al desarrollo de la técnica y algunos de sus codiciados secretos. Y la oportunidad de revisar su trayecto, crisol de logros, como cuando, todavía en los principios, es elegido para competir entre los jóvenes talentos por Revlon o como cuando, sólo unos años después, en 1998, inaugura su salón, Peluquería José Urrutia, que desde entonces y hasta ahora se convierte en referente para profesionales, clientes y clientas.

José cifra en la entrega y el carácter artístico, la guía y el sendero. Colaborador asiduo de algunas de las más importantes pasarelas de moda, caso de la Navarra Fashion Week o Moda Bilbao, confecciona periódicamente sus propias colecciones de todo tipo y naturaleza, comerciales o a la vanguardia, caso de SEA y WAY, sus dos últimos títulos. El primero, una apuesta experimental, el segundo, de naturaleza eminentemente comercial y que hoy también reproducimos en nuestra sección Gallery-Hair. Pero aún hay más, porque José se nos revela como fotógrafo excepcional, de lente despierta y hábil, realizando él mismo las instantáneas de sus propuestas. Aprendiz impenitente, no ceja en su empeño del descubrimiento continuo y constante, tal y como hizo desde los inicios, y se alía con los mejores para conocerlo todo acerca de la materia que le ocupa, una y mil veces, el cabello.

Beauty Market.: José, cuéntanos, ¿cuál es tu momento? ¿En qué estás trabajando? ¿Hacia dónde enfocas tus esfuerzos?
José Urrutia: Ahora mismo vivo un momento tranquilo, feliz, con una sensación de estabilidad fruto de los años de experiencia, que se refleja tanto en lo personal como en lo profesional. Mi nuevo proyecto es, un año más, Style Masters de Revlon Profesional y, por supuesto, el trabajo en el salón con mis clientes. Enfoco ahora mismo mi peluquería en el perfeccionamiento y el buen hacer en el salón, formándonos todo el equipo en moda y técnicas para consolidarnos como una firma de calidad en nuestro territorio.

B.M.: Fotógrafo, dueño de salón, profesional peluquero y creador de colecciones... ¿De dónde nace esta pasión confesa?
J.U.: La pasión es lo que me mueve y me motiva siempre. Si me apetece hacer algo lo hago, con ganas y dedicación; si no, no. Por eso, fotografía y peluquería son una combinación que me motiva y las compagino muy bien en la creación de mis propias colecciones.

B.M.: ¿Cómo es José Urrutia peluquero?
J.U.: Me considero un peluquero de los que se llaman de barrio, de trabajo y tesón; muy perfeccionista y muy autocrítico. Buscar siempre la mejor sonrisa de mi cliente es un premio.

B.M.: ¿Y con qué se encuentra un cliente cuando entra en el Salón José Urrutia?
J.U.: Una clienta muy especial, de siempre, me dijo una vez: "cuando entro en tu salón es como llegar a casa". Eso es lo que pretendo y es un gran regalo conseguirlo.

B.M.: ¿Qué ha sido lo más difícil desde que empezaras hasta ahora?
J.U.: Para mí lo más difícil y tu peor enemigo eres tú mismo, tus miedos, inseguridades, tu ego... Es una carrera de fondo, día tras día. La constancia te ayuda a superarlo todo.

B.M.: Tu pasión por las colecciones y certámenes de peluquería se deja ver con frecuencia, ¿por qué esta apuesta?
J.U.: Vivir la experiencia de realizar o acudir a un show de peluquería sembró la semilla del cambio para mí. Desde entonces ha sido un no parar. La emoción, el estrés, el entusiasmo y divertirse, son sentimientos, sensaciones, metas que me mueven mucho.

B.M.: ¿En qué ayuda este tipo de convocatorias al profesional?
J.U.: Para mí es esencial a nivel personal y profesional. Una mezcla de incertidumbre y satisfacción ante el trabajo que estás creando y preparando para tus clientes. Es alucinante cómo, día a día, se refleja en una transformación de tus clientes que pasan a convertirse en fans, que te siguen y apuestan por ti, atentos a tus propuestas.

B.M.: Acabamos de asistir, como quien dice, a la última edición de los Premios Fígaro, y tú estabas allí, ¿cómo la has vivido?
J.U.: Con una ilusión muy especial tanto por la energía que tiene el propio formato como lo emotivo de conocer de cerca a los finalistas y disfrutar de su entrega y pasión en la pasarela. Ha sido una sucesión de emociones. Momentos muy emotivos con Ziortza Zarauza dando vida a esas guerreras en la pasarela. Ver a Manuel Ferreres, su primera presentación (¡y las que vendrán!) fue también muy emocionante.
La sorpresa del Club Fígaro a su creador Mikel Luzea, con la entrega de un Fígaro honorífico y, cómo no, el momento de la elección del mejor peluquero del año al gran Manuel Mon, que llevaba años mereciéndoselo y se le resistía. Para mí, como ves, los Fígaro son pura pasión ( y ríe).

B.M.: Vasco de nacimiento y asentado en Bilbao, siempre habéis sido considerados adelantados en el tratamiento del cabello en cuanto a creadores de tendencia, ¿opinas lo mismo? ¿La mujer vasca está más abierta a transformar su imagen y su cabello?
J.U.: Desde el lugar en el que vives y trabajas no eres consciente de ello. Sin embargo, es lo que se ha comentado siempre y todos los profesionales que vienen a dar formaciones lo dicen. Llegan aquí con mucho respeto. No sé, algo habrá de esto entonces. Sí es cierto que la mujer vasca es más atrevida y le gusta divertirse con su imagen. Para nosotros eso es lo habitual. Y ¡que dure!, que aquí estamos para que lo disfruten.

B.M.: Este invierno, ¿qué vamos a ver en las calles?
J.U.: Rizos, rizos y rizos; han llegado para quedarse. Y los 80 están ya entre nosotros. Los cortes pixie y melenas más deshechas con colores cálidos empolvados en tonos pastel, van a generar furor en nuestra juventud.

B.M.: Y esta temporada, ¿qué es lo que va a ofrecer José Urrutia a sus clientes?
J.U.: Mi filosofía es una buena asesoría a nuestros clientes con ese toque de moda que nos gusta dar, además de continuar apostando por la personalización.

B.M.: Has iniciado también una nueva etapa, impartiendo formaciones, cuéntanos, ¿por qué y qué ofrece tu oferta que le diferencie del resto?
J.U.: Siempre lo había deseado, pero no lo podía hacer sin prepararme lo suficiente para sentirme satisfecho. Y, cómo no, esta formación nace de la pasión, procurando aportar claves sobre cómo generar tu primera colección. Enfocadas al Style Masters de Revlon Profesional y de la mano de la marca he empezado diversas formaciones en las que vuelco toda mi pasión y mis ganas. Trato de crear un espacio de aprendizaje muy motivador, aportando mi visión sobre el tema, desarrollando los puntos fundamentales para crear una colección. Después, llevamos todo ello a la práctica, culminando con una sesión de fotos para terminar y ejecutar entre todos, una colección.

B.M.: A su vez, ¿de dónde aprende José y se mantiene al tanto de corrientes y tendencias? ¿Cómo se forma un formador?
J.U.: Creo en la formación por encima de todo, da igual de dónde te llegue o dónde se encuentre, de pequeñas, medianas, grandes formaciones, YouTube u otras plataformas de aprendizaje. Todo viene bien si le pones disciplina y ganas.

B.M.: ¿Y qué es un salón de peluquería para la comunidad en general, para el hábitat en el que se asienta y le rodea?
J.U.: La peluquería forma parte importante en nuestras vidas en nuestra sociedad. Opino que es una profesión muy denostada por nosotros mismos y me parece muy injusto, por eso conozco a muchísimos profesionales, entre los que me incluyo, que estamos luchando para que la peluquería tenga el lugar que se merece. La clave está en un servicio de mucha calidad, personal, cercano y atento. Nuestros clientes acuden a nosotros cuando se encuentran en momentos hermosos de celebración, o cuando desean cuidar o cambiar su imagen y su cabello para sentirse bien. Debemos estar preparados y dispuestos para ofrecer lo mejor de nosotros mismos en nuestra profesión, ayudándoles y acompañándoles para lograr su imagen personal deseada.

B.M.: ¿Hemos superado la crisis?
J.U.: Quizá sí, según los economistas... Pero hay mucha gente que lo ha pasado muy mal y negocios que se han ido a pique con la consecuente aparición y aumento de la peluquería sumergida. Así que yo creo que no hemos superado tal crisis. Queda mucho por cambiar, gestionar y regular en nuestro sector. Nos encontramos con la necesidad de unirnos y ser más responsables y consecuentes con lo que ocurre; entre otras contrariedades, el I.V.A., el alquiler de puestos en los salones para evitar la peluquería domiciliaria, el intrusismo y la competencia desleal, etc.

B.M.: ¿Por qué unos han permanecido y otros no?
J.U.: ¡Ni idea!, no sé, son malas o buenas gestiones, posicionamientos mejores o peores, ganas de superarse o rendiciones. No soy nadie para decir o desdecir por qué unos estamos y otros no, las circunstancias en cada momento de cada uno puede ser lo que marque la diferencia.

B.M.: ¿Por qué José Urrutia ha tenido éxito, cuáles son las claves de tu éxito?
J.U.: La clave del éxito (si es que existe tal cosa) o, por lo menos, lo que a mí me ha funcionado ha sido el trabajar y, después de trabajar, seguir trabajando.

B.M.: Lo mejor que te ha dado esta profesión...
J.U.: Por encima de todo, esta profesión me ha alegrado el alma gracias a la gente que ha pasado por mis manos a lo largo de estos años y que, junto a ellos, he reído, llorado, incluso a veces enfadado... Algo que me ha resultado y me sigue resultando absolutamente genial. Y otro regalo alucinante ha sido, y está siendo, conocer a grandes profesionales de la peluquería que han acabado por convertirse en grandes amigos y compañeros y compañeras de viaje. Eso no tiene precio.

B.M.: Y lo que esperas de ella, la peluquería, es...
J.U.: Todo lo que me venga, me vendrá bien. Pero vivo en el hoy y..., hoy me lo está dando ¡todo! Así que no puedo más que decir, ¡gracias Peluquería!