BM Peluquería > Entrevistas > Klaus Peter Ochs

No se puede negar que se trata de uno de los nombres de la peluquería mundial que brilla con luz propia. Y tampoco que su personaje, convertido hoy en entrevistado para Beauty Market Peluquería, da para mucho.

Empezar por el principio con Klaus Peter Ochs, ¿sería lo correcto?, (me pregunto). Y es que el actual presidente de Intercoiffure Mundial, parece huir con alas en los pies de todo lo convencional. Estoy segura que es ahí donde radica su genialidad. Creador de tendencias, mentor y mecenas, nadie puede negar su intervención, por otro lado decisiva, en la peluquería y en generaciones sucesivas de profesionales que le adoptan y adoptarán como un referente indiscutible. Y el mito lo es aún más cuando acomete, por ejemplo, empeños y labores solidarias, como es el caso del proyecto “Education for Life”, a favor de los más desfavorecidos. Por todo ello y mucho más, Alemania, el país que le viera nacer, y su presidente federal, Horst Köhler, le distinguían el pasado año con la concesión de la Cruz del Mérito, el máximo reconocimiento a la labor de un ciudadano.

BEAUTY MARKET: ¿Se atreve a hacerme una “breve” descripción de su trayectoria?

KLAUS PETER OCHS: Sí, ¿por qué no? Desde hace 3 generaciones, mi familia se ha dedicado a la peluquería. Trabajaban en Frankfurt. De hecho yo empecé allí mi carrera, luego trabajé en distintas partes de Alemania, de los años 70 a los 80, para más tarde pasar a ser director de Intercoiffure Mundial, y permanecer por ello también algún tiempo en París, donde se encuentra su sede, era el año 2000.

B.M.: ¡Qué sencillo parece, así resumido! Entonces, la peluquería por devoción y no por vocación...

K.P.O.: Estaba en la escuela cuando, a los 16 años, mi padre me dijo: escoge la profesión que te guste, tenemos una peluquería, funciona bastante bien, pero tú escoge a lo que quieras dedicar tu vida. Yo, como la mayoría de los chicos de mi edad no estaba pensando a qué iba a dedicarme, sólo quería pasarlo bien, pero un día, al volver del “cole” y pasarme por el salón, cogí unas tijeras e hice un corte. Y comencé a cortar el pelo a mis compañeros, incluso a mis profesores.

B.M.: ¡Qué privilegio!

K.P.O.: Sí (Se ríe). Así que, al no tener otro plan de futuro, decidí dedicarme a la peluquería y resultó que tenía verdadero talento. A los 20 años acudí por primera vez al Campeonato Alemán de Peluquería. Todo fue muy rápido: estudiaba y practicaba todo el día, y también empecé a viajar mucho. Hice mi primera gira a los 20 años con Vidal Sassoon en Inglaterra.

B.M.: Éxito, aplausos, kilómetros y kilómetros de país en país, de un escenario a otro... ¿Y la vida privada?

K.P.O.: Por supuesto, con una vida como la que yo llevo, la familia, sobre todo, ha de hacerte algunas concesiones. Reconozco que me he perdido ver crecer a mis hijos.

B.M.: No obstante, sus hijos podrán decir que tienen un padre que ama lo que hace...

K.P.O.: ¡Y lo dicen! La verdad es que tenemos una relación espléndida.

B.M.: ¿Satisfecho?

K.P.O.: Bueno, en mitad de los 70 empecé en la peluquería de mi padre, con muchos deseos de avanzar y desarrollarme. Hoy tenemos 19 salones sólo en Frankfurt. Creo que acerté con mi decisión.

B.M.: Peter Ochs está considerado como un número 1 de la peluquería mundial. El número 1 ¿se deja influir a la hora de crear por la moda y las tendencias o es usted, al contrario, el impulsor de las mismas con sus propuestas?

K.P.O.: (No lo duda ni un segundo). No sólo hago un corte estilizado, sino que trabajo con el propósito de crear. Existe gente maravillosa, como Vidal Sassoon que ha cambiado el sistema, incluyendo por ejemplo en la profesión la idea de la educación.
Mi objetivo, desde el principio, ha sido el “Look Total”. La moda es como las matemáticas: en el diseño del tejido, si hay flores, no habrá líneas geométricas. Así ocurre con las tendencias que lanza la industria a todos los niveles. La ropa, los zapatos, el maquillaje y, por supuesto, el peinado. Y todo ello pasa a ser el total: la “Femme Totale”, como dicen en Francia. Éste es mi concepto que llevo a cabo con Intercoiffure y Wella: combinar el peinado con la moda.

B.M.: Entonces, abogamos desde aquí por lo comercial...

K.P.O.: Efectivamente, siempre lo he visto desde el lado comercial. Creo que la moda debe ser útil a un máximo de mujeres que acuden a la peluquería. Y al final, siempre llego a la misma conclusión. La calidad y la textura. Se necesita una bella textura, un bonito color y un fantástico corte de pelo, si se quiere, pero también se puede conseguir belleza sin el corte, sólo con una buena textura y color. ¡El cabello es algo sorprendente!

B.M.: ¿Es imposible el binomio negocio/ arte y viceversa?

K.P.O.: Mire, recuerdo a mi abuelo como un gran artista, no sólo peluquero, sino también pintor. Me decía: las personas pobres, cuando tienen algo de dinero compran champú para lavarse el pelo y estar más guapos para sus parejas. Corrían los años 20. Ésta es la clave: producir belleza y que la belleza sea aceptada por todos los que entran al salón y salen sintiéndose mejor. Ésa es nuestra función y eso es la moda.

B.M.: A Klaus Peter Ochs, ¿le molesta que le imiten?

K.P.O.: ¡Llevo ya tanto en este business! Empecé en los tiempos del rock, llevaba botas de cowboy y pantalones de cuero. ¡Hoy veo tantos peluqueros vestidos con camisa negra, pantalón de cuero y botas de cowboy! Influenciar es normal, la mayoría de mis amigos peluqueros se han formado en los últimos 20 años y se quedan con muchos referentes.

B.M.: Si le pusieran en el dilema de escoger, ¿con qué se quedaría, con el firme del salón o el boato de los escenarios?

K.P.O.: Hace ya más de una década que no trabajo en el salón. No tengo la paciencia de antaño. Antes eran tiempos y maneras diferentes de hacer. Conseguíamos hacer crecer la empresa de 7 de la mañana a 10 de la noche, comiendo un sándwich entre horas. Un día has de decidir parar y hoy mi tiempo está repartido entre Intercoiffure Mundial y mi compañía, con más de 200 personas empleadas, y mi trabajo con Wella.

B.M.: ¿Empresario o artista?

K.P.O.: ¡Soy todo y nada! (Vuelve a reír, esta vez de forma aún más sonora).
En una reunión de Intercoiffure aseguré a los presentes que es posible estar al mismo nivel en lo referido a arte y empresa en la peluquería. Y el representante de Canadá dijo: ¡No! Es más importante el negocio que la creatividad para llevar adelante la empresa. Como dije antes, los tiempos han cambiado. Si eres sólo un peluquero fantástico, estarás limitado. Hacer negocios en el tiempo en el que vivimos requiere profesionalidad, conocimientos en este sentido. Aún la gente más creativa necesita de educación para los negocios.

B.M.: Tras escuharle, creo que tengo su respuesta a mi última pregunta, pero no puedo resistirme a hacérsela. Klaus Peter Ochs, ¿repetiría?

K.P.O.: Sí. He vivido una vida maravillosa y ¡espero poder seguir viviéndola un poquito más! (Vuelve a reír, una constante en su charla).
He estado en 60 países diferentes, he enseñado, he hecho de promotor, he actuado en shows, en la televisión...

(Y nos hace un nuevo guiño con su sonrisa). Acabamos de poner el punto y final, aunque todavía podemos continuar unos minutos más con Klaus Peter Ochs, figura indiscutida e indiscutible, de la peluquería mundial.