BM Peluquería > Entrevistas > Juan, Por Dios!

Definir el estilo de peluquería de Juan, Por Dios! es igual de dífícil que plantearse cómo alguien puede poner ese nombre a su peluquería: diferente, distinto, retro… Las realidad es que Juan, Por Dios! no deja indiferente a nadie, y lo que es realmente importante es que han creado estilo, un estilo muy personal y muy valorado por sus creaciones artísticas, por su concepto de peluquería moderna y por ofrecer, desde la calidad de un buen servicio, múltiples opciones para conseguir un resultado sorprendente.

Juan Belmonte es el alma máter de Juan Por Dios! En un alarde de modestia nos dice, en la siguiente entrevista, que él es sólo un peluquero, que considerarse artista sería pecar de “soberbia”. Nosotros pensamos que no, que cuando un peluquero hace arte es un artista. Y lo hemos de reivindicar. Juan es el primero que, pese a su vena creativa, nos dice que sin dominar los principios clásicos de la peluquería de siempre es imposible innovar en nuestro sector. Como en cualquier disciplina artística, hay que beber de las fuentes clásicas para poder innovar…

Beauty Market: ¿Cuáles fueron tus comienzos en el mundo de la peluquería?
Juan Belmonte: Estuve trabajando en un par de peluquerías en Almería antes de venir a Madrid a los 23 años. Una vez en la capital, trabajé en una peluquería unisex del centro hasta que monté JxD! con mi socio Guillermo.

B.M.: ¿Cómo surgió la idea de este local tan innovador?
J.B.: Pensábamos que ya que íbamos a estar mucha horas en él, queríamos un espacio amplio con luz y tranquilidad. Como una casa mediterránea en el centro de Madrid.

B.M.: Y en poco tiempo tuvo éxito…
J.B.: Fuimos pioneros en crear un modelo de salón de peluquería distinto, mucho más urbano y cosmopolita. Unimos la peluquería con otras actividades relacionadas o no al mundo de la peluquería.

B.M.: ¿En qué se diferencia Juan, Por Dios! de otras peluquerías?
J.B.: La diferencia está en los salones, el personal es distinto, nuestro servicio también… vamos, en todo.

B.M.: ¿Qué tipo de cliente va a Juan, Por Dios!?
J.B.: Personas que buscan un buen servicio de peluquería con algo más, algo distinto… un corte con “chispa”, como decimos nosotros.

B.M.: ¿Qué ofrece a los clientes?
J.B.: El sorprenderlos siempre con los trabajos realizados, pero sin despersonalizarlos.

B.M.: ¿Cuál es la filosofía del salón?
J.B.: Hacer siempre el mejor trabajo en el mejor ambiente.

B.M.: ¿Cómo surgió el nombre?
J.B.: De una amiga que me tenía mucho miedo con las tijeras, ja, ja, ja.

B.M.: ¿Dónde radica el éxito de Juan, Por Dios!?
J.B.: En el equipo y en su saber hacer.

B.M.: ¿Cómo es el equipo que trabaja contigo?
J.B.: Entusiasta, creativo y muy profesional.

B.M.: ¿Qué requisitos se necesitan para trabajar en Juan Por Dios!?
J.B.: Querer saber más y tener estilo.

B.M.: Habéis recibido distintos galardones como el reciente “Despuntan 2011” ¿qué importancia le das a estos premios?
J.B.: Es una manera de reconocer tu trabajo y motivarte a seguir haciendo cosas. Se agradecen pero no es el leitmotiv de la profesión. Para nosotros lo mejor es sorprender a las personas que vienen como clientes fijos año tras año.

B.M.: ¿Cuál crees que ha sido el momento clave en tu carrera?
J.B.: No puedo reconocer uno en particular, porque han habido muchos y todos han puesto su granito. Seguramente, la decisión de abrir mi propio salón ha marcado un antes y un después. Te da la oportunidad de crear con total libertad.

B.M.: ¿Cómo te definirías?
J.B.: Práctico.

B.M.: ¿Y tu estilo?
J.B.: Urbano.

B.M.: ¿Dónde encuentras la inspiración?
J.B.: En todo. Miro todo allá por donde voy y en todos los espacios donde entro.

B.M.: ¿Cuál es tu especialidad?
J.B.: El corte.

B.M.: ¿Te consideras un artista?
J.B.: No y sí. Hacemos un trabajo bastante artístico, pero llamarse “artista” es quizá un poco soberbio.

B.M.: ¿En qué te basas para tus creaciones?
J.B.: Depende de la colección, pero siempre la base es el cliente. Solemos fijarnos en pequeños detalles como en el bolso que lleva, en los zapatos… cosas que nos digan algo de esa persona y que nos ayuden a darle el look más acorde con su personalidad.

B.M.: ¿En qué consiste el trabajo de un estilista?
J.B.: Prefiero el nombre de peluquero, y es el de hacer un buen servicio al cliente.

B.M.: ¿Cuál es la base para ser un buen peluquero?
J.B.: Ser observador, saber oír y saber hacer los trabajos de peluquería clásica con profesionalidad, para luego innovar sobre ella. No es aconsejable empezar por lo moderno sin dominar los principios clásicos.

B.M.: ¿Cuál es tu máxima?
J.B.: Nada es imposible.

B.M.: ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
J.B.: Que es creativa y haces que las personas estén mejor física y emocionalmente.

B.M.: ¿Quién ha sido tu referente en tu profesión?
J.B.: Me gusta mucho Tono Sanmartin, Salva G y Vidal Sassoon.

B.M.: ¿Cuáles son las claves para lucir un cabello sano y bonito.
J.B.: Nutrirlo, y sobre todo hidratarlo.

B.M.: ¿Un buen corte hace milagros?
J.B.: Sí. Puede cambiar la percepción que tienes de ti mismo y la que la gente tiene de ti. Si de morena pasas a rubia o de tener melena larga a pelo corto… esto cambia la percepción que la gente tiene de ti y todo se mueve a tu alrededor de forma distinta.

B.M.: ¿Cuál es tu relación con el cliente?
J.B.: Intentamos que sea cercana, amistosa, pero no invasiva. Tenemos grandes clientes/amigos.

B.M.: ¿Te consideras asesor de imagen?
J.B.: Sí.

B.M.: ¿Y psicólogo?
J.B.: Siempre he dicho que somos un poco “pelucólogos”, ja, ja, ja.

B.M.: ¿Cómo definirías la peluquería española?
J.B.: En las revistas se ven trabajos muy creativos e innovadores, pero en la calle se ven muy buenos trabajos o, por lo contrario, muy nefastos… no hay término medio.

B.M.: El nivel de la peluquería en España, ¿es alto?
J.B.: Creo que no tenemos nada que envidiar, pero nos falta repercusión mediática que apoye y muestre el trabajo y la creatividad que hay.

B.M.: ¿Cómo se puede solucionar?
J.B.: Que los medios apoyen más al peluquero bueno y menos a las marcas cosméticas.

B.M.: ¿Está devaluada la profesión?
J.B.: En España sí, sin lugar a dudas.

B.M.: ¿En qué país están los mejores estilistas?
J.B.: En París y en Londres, pero por que las marcas cuentan con ellos a la hora de crear algo. Hay menos trabas y la colaboración es más fructífera.

B.M.: ¿Cuáles consideras que son los principales centros de tendencias?
J.B.: Berlín, Buenos Aires, París, Nueva York y los centros de veraneo mediterráneos.

B.M.: ¿Qué es lo que viene?
J.B.: Se seguirá llevando todo: melenas XL y pelos muy cortos. También empezaremos a ver reminiscencias de los 90's.

B.M.: ¿Qué tendencia triunfará esta temporada?
J.B.: Creo que los mechones gruesos en el flequillo y los colores fantasía primarios en cortes bob y similares.

B.M.: ¿Cómo te consideras como empresario?
J.B.: Creo que bueno. Pero pregúntale a mi equipo, ja, ja.

B.M.: ¿Cuál es tu relación con los productos que comercializas?
J.B.: Tenemos buena química. Para nosotros, trabajar con buenos productos nos da la seguridad de hacer un gran trabajo manteniendo la salud del cabello.

B.M.: ¿Cuál es tu opinión sobre el mercado de la franquicia en España?
J.B.: Es una manera de llegar a más público con la garantía de la marca que representa.

B.M.: ¿Te gustan los medios de comunicación digitales?
J.B.: Sí, claro.

B.M.: ¿Qué puede ofrecer Internet al sector?
J.B.: Llegar a más público, darse más a conocer.

B.M.: ¿Cómo utilizas los nuevos medios digitales?
J.B.: Intentamos estar en los que más se identifican con nuestro target de clientes y amigos.

B.M.: ¿Hacia dónde va la peluquería?
J.B.: A especializarse cada vez más.

B.M.: ¿Cómo se imagina los salones del futuro?
J.B.: Uuuuu! No sé, pero me encantará verlo.

B.M.: ¿Qué consejos le darías a los peluqueros para triunfar en su profesión?
J.B.: Que no te corten la imaginación. Nunca.

B.M.: ¿Qué recomendarías a los jóvenes que desean empezar en esta profesión?
J.B.: Que dominen bien lo clásico.

B.M.: ¿Cuál es tu proyecto futuro?
J.B.: Seguir avanzando.

B.M.: ¿Cómo te ves en el futuro?
J.B.: Trabajando y creando.

B.M.: ¿Dedicas a tu actividad demasiado tiempo?
J.B.: A Juan, por Dios! las 24 horas del día los 365 días del año.