Amparo Carratalá: 'Los clientes me piden un look que no parezca de peluquería'

Desde hace tres meses, el nombre de Amparo Carratalá, gerente de la academia de Toni & Guy España y finalista a los Fígaro 2015, no deja de aparecer en los medios especializados del sector. Reconocida como uno de los ocho talentos emergentes del mundo, la valenciana acaba de ser elegida finalista de los prestigiosos AIPP Awards, la Asociación Internacional de Revistas Profesionales de Peluquería con mayor peso en el mundo. El próximo 11 de octubre, Carratalá defenderá su trabajo, bautizado como Future Vision, dentro de la categoría Best Avant-garde Collection, durante el Alternative Hair Show, en el prestigioso Royal Albert Hall, Londres (Reino Unido). A pesar de su brillante trayectoria, la estilista insiste en "no ponerse límites" y seguir "trabajando duro".

Beauty Market: Eres finalista a los Fígaro 2015 en la categoría Colección de Vanguardia, junto a José Siero y Ziortza Zarauza. ¿Qué supone este nuevo reconocimiento para ti?
Amparo Carratalá: Supone mucha motivación. Sin duda, este era un objetivo presente en mi carrera. El hecho de ser finalista en los Fígaro 2015 me impulsa a seguir creciendo en mi trabajo.

B.M.: A finales del pasado mes de junio saltaba la noticia. El look Scalp Metal era considerado uno de los más influyentes del mundo, al ganar el premio Shu Uemura 2015 nacional. ¿En qué te inspiraste? ¿Es difícil elaborar un look de este tipo?
A.C.: Para este look nos inspiramos en imágenes y trabajos de la London Fashion Week. Queríamos aplicar diferentes tonos metálicos a fin de lograr una textura como la de esos collares metálicos con muchísimos aros que trepan por el cuello (lo ilustra rodeándose el cuello con ambas manos). Algo metálico y tribal, salvaje incluso, pero nada improvisado.
La dificultad de un look así es la que una misma se quiera imponer. Yo necesito inspiración y una vez la encuentro solo necesito pelo, metal y cordón. Y por supuesto tiempo. Un peinado de este tipo exige ocho horas de elaboración.

B.M.: El tema del Master Shu Uemura es: "Occidente encuentra a oriente". ¿Qué balance haces de tu paso por la final que se celebró en París? En tu opinión, ¿es fácil establecer vínculos entre la peluquería occidental y la oriental?
A.C.: Para mí, el hecho de que mi proyecto haya pasado por las manos de ese jurado ya es motivo de orgullo. Y como decía antes, me motiva a seguir soñando y creando. Pero este tipo de reconocimientos no son el final del cuento. Tan solo una inyección, un estímulo.
Es básico tener en cuenta que aquella idea se ha hecho realidad. Y que se ha plasmado, desde el punto de vista creativo, en una modelo, convirtiéndose en un proyecto valorado y seleccionado por expertos. Esto es algo increíble. Siempre pongo el ejemplo de una semilla. Cuando la plantas no sabes lo alta y frondosa que llegará a ser esa planta, ni lo imaginas. Por eso, cuando alimentas, desarrollas y ves en qué se ha convertido esa idea, te provoca un subidón, no sé si me explico (risas).
Con respecto a los vínculos entre la peluquería occidental y oriental, yo creo que sí son posibles. La peluquería, en sí misma, es igual en los dos mundos. Los números de tinte, las mezclas, los colores, las técnicas son similares, solo cambian las tendencias. En oriente se quieren aclarar el cabello, hacerse permanentes y peinados con volumen. Por el contrario, aquí nos decantamos por los tonos oscuros y técnicas como el alisado japonés (risas). Al final queremos lo contrario en ambas culturas y ahí es donde nos unimos, en ese punto a mitad de camino. No es difícil encontrar ese punto de unión.

B.M.: Hace tres años, recibiste el Fígaro en la categoría de Peluquero Revelación. Y un año después, el Book Imagen Toni & Guy Internacional. ¿Cómo se lleva una trayectoria jalonada con varios premios a los 27 años?
A.C.: Para mí, sigue siendo una trayectoria muy corta. No quiero que estos reconocimientos se conviertan en un límite o una especie de final. Acabo de empezar en el sector. Por eso lo llevo con mucha naturalidad. Al final, estos premios motivan, pero no son lo más importante. Sí lo es que la persona sentada frente al espejo esté contenta. Ese es el premio. La satisfacción de los clientes. ¿No es esa nuestra meta?

B.M.: El próximo 21 de septiembre asistirás a la feria MCB de Beauty Selection, en París. ¿Cómo preparas tu participación en la cita de referencia de la peluquería?
A.C.: Bueno, la verdad es que tengo tantos proyectos en marcha que casi me falta tiempo (risas). Sin embargo, para esta cita, ya a finales de septiembre, debo preparar a mi modelo y buscar inspiración para mi peinado. En esta ocasión se valoran varias cosas: peinado, maquillaje y estilismo. Haré lo que hago siempre. Trabajar duro.

B.M.: ¿Cuándo empezaste a trabajar para Toni & Guy? ¿Cómo valoras tu trabajo junto a la firma?
A.C.: Empecé con ellos hacia finales del año 2009. Lo recuerdo muy bien porque coincidió con mi cumpleaños (sonríe).
Y fue un acierto total. Una colaboración muy positiva. Porque en realidad no tengo la impresión de trabajar para ellos. Me siento parte de la firma, del todo. Aquí hay mucha disciplina, todo está muy estructurado. Y nadie te para los pies. Llegas tan lejos como te lo propongas y seas capaz. En realidad ellos me han ayudado, sobre todo José Boix, a ser lo que soy. En Toni & Guy la formación constante es un principio y así avanzas y creces. José Boix me ha dado una formación muy buena casi desde el primer día y no dejo de aprender.

B.M.: Como gerente de la academia de Toni & Guy en España, ¿qué te aporta semejante responsabilidad?
A.C.: Es una gran responsabilidad. Y no puedo decir que sea fácil. Aquí aprendo muchas cosas, además de dar clases o proyectarme como estilista. Empiezo a conocer los entresijos de esta industria. Observo a los alumnos y su evolución. Todo ello me proporciona un punto de vista más amplio de este mundo.

B.M.: ¿Qué es la peluquería para Amparo Carratalá?
A.C.: (Se queda callada un instante muy corto y enseguida contesta) Es mi manera de pensar. (Silencio otra vez). Todo lo que pienso tiene que ver con la peluquería. Esta profesión es arte.

B.M.: ¿Cómo descubriste que te querías dedicar a este oficio? ¿Fue algo casual?
A.C.: La peluquería me ha gustado desde siempre. Creo que lo he tenido muy claro desde que era muy jovencita. Pero ya sabes (sonríe) los padres quieren lo mejor para sus hijos y ellos preferían que estudiara una carrera. Así que empecé Bellas Artes. Pero en un momento dado ví que no me iba bien, que no era lo mío. Decidí probar lo que siempre había querido y me fue bien.

B.M.: En general, ¿qué se va a llevar en los próximos meses en cuanto a corte, color y textura?
A.C.: Esto es tan amplio (carcajadas). Yo siempre digo que se lleva todo. Lo que mejor le sienta a cada uno. Es cierto que en estos momentos son tendencia las puntas degradadas, las raíces más oscuras y las medias melenas. También hay que hablar de los colores fantasía. Los intensos sí. Azules, amarillos, etc. En cuanto a la textura, se lleva el look desenfadado. Los clientes quieren, cada vez más, peinados sencillos de mantener y lavar. Y sobre todo lo que me piden es un aspecto que no parezca de peluquería.

B.M.: Y ya para acabar, ¿qué proyectos tienes a corto plazo?
A.C.: Preparar la cita de París, la gala de los Fígaro y mis cursos. Y por supuesto, el lanzamiento de la colección en Londres el próximo mes de diciembre. ¡La verdad es que tengo tantas cosas que hacer! (se ríe de nuevo).