Genocosmética: innovación contra el envejecimiento

La búsqueda de novedades para detener el paso del tiempo en la piel es una de las metas de centros de investigación, empresas y de la medicina actual. La genocosmética es una de las últimas líneas que más se está investigando para diseñar soluciones personalizadas con el fin de prevenir o reparar daños en el ADN relacionados con la piel.

Si bien muchos factores externos, como el estrés, el sol o las condiciones climáticas afectan a nuestra piel, apareciendo arrugas, manchas y otros, está claro que el origen del envejecimiento de la epidermis está en nuestro ADN. Y es aquí donde podemos actuar, en la búsqueda de mejores respuestas y productos cosméticos que actúan sobre el ADN propio.

Acción genética

Uno de los principales problemas con los que se encontraba este sector hasta ahora es que una gran parte de los tratamientos centrados en la dermocosmética incidía en el envejecimiento de la piel pero no atacaban a la raíz, es decir el ADN, porque iban encaminados a eliminar o reducir los signos de la edad. La novedad es que los tratamientos que se están desarrollando ahora sí se basan en una acción genética que puede dar respuesta al problema del envejecimiento atacando desde el núcleo de la célula.

Se centra en prevenir y retrasar estos signos del tiempo, adelantándose a lo que va a devenir en el proceso de envejecimiento e interviniendo antes de que esto ocurra. El objetivo final es alargar la vida de las células de la piel para dar con procesos naturales de reparación celular.

Personalización

Además de realizar acciones genéticas, la personalización es la base sobre la que trabaja la cosmética para dar con principios adaptados a cada tipo de piel. Y, en particular, hablando de genocosmética, se ofrecen tratamientos antiaging totalmente personalizados, llamados también Cosmética Genómica Personalizada, basados en el estudio del ADN celular de cada uno, que tienen en cuenta el perfil genético de la persona y las necesidades particulares de su piel. Porque ya sabemos que cada piel es distinta y necesita de productos diferentes para su renovación y bienestar óptimos, es básico un estudio de tales características.

Los estudios genéticos

Un estudio del departamento de Farmacología y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Granada estableció que la genocosmética es una cosmética personalizada especialmente dirigida para quienes no se conforman con la distinción básica entre piel seca, grasa o mixta, recomendada para tratar ese tipo de piel y cuando presentan manchas, cuperosis, arrugas, flacidez... Destacan que investigaciones recientes han descubierto que cerca de 1.500 genes están involucrados en el proceso de envejecimiento de la piel. Se trata de genes responsables de proporcionar humedad, textura, elasticidad, capacidad antioxidante y protección solar a la piel. Cuando se conocen estos genes, ya podemos establecer hacia dónde va a poder dirigirse la cosmética para corregir las alteraciones que se producen.

Esta investigación determina que el futuro de este tratamiento puede estar en el estudio de los genes, que nos indicarán el preparado más adecuado a cada tipo de piel. Concluye que son necesarias más investigaciones para poder avalar el concepto de genocosmética.

Otros estudios exponen que existe una importante contribución genética a la edad percibida de una persona, siempre dependiendo de nuestro ADN en un 60%, y el 40% restante de la variación se debe a factores ambientales y otros estilos de vida personales que provocan el envejecimiento de la piel.

¿Hacia dónde van las investigaciones en genocosmética?

Hay diversos parámetros, pero la genocosmética pasa por su control en laboratorios especialistas en genómica, que primeramente analizarán muestras de células que aportan datos genéticos confidenciales. En función de los resultados, más otros parámetros a analizar, se establece un diagnóstico personalizado más completo.

Desde la Universidad de Barcelona, determinan que para realizar un estudio sobre la resistencia de cada individuo al envejecimiento tendremos en cuenta, por un lado, la dieta, el ejercicio físico, los factores ambientales y los estilos de vida de la persona, y por otro, los genes o la reparación del ADN.

Actualmente, los laboratorios están abiertos para que cada usuario acuda, ofrezca datos y pueda realizarse un tratamiento a medida para luchar contra el envejecimiento, con el estudio de su ADN. Para ello, es necesario conocer el estilo de vida de la persona, su dieta, analizar pruebas que pueden incluir análisis de sangre, hormonas o saliva, etc. de manera que a quien le preocupa la arruga, ya sabe que hay soluciones específicas y adaptadas a él.