Ana María Barranco: 'Los que prueban el bótox ya no pueden vivir sin él'

En la siguiente entrevista, la doctora Barranco, directora del Centro de Medicina Estética Génova 10 y una de las mejores especialistas en bótox de nuestro país, nos introduce en los tratamientos faciales con este producto que muchos consideran "la joya de la corona" en tratamientos antiarrugas.

Beauty Market: ¿Cuál es la mejor arma contra el envejecimiento facial?
Ana María Barranco: Creo que es la información para conocer las posibilidades que brinda la actual ciencia estética. El interés para calibrar aquello que desde ella nos puede ayudar y una vez comenzado un tratamiento, la constancia para llevarlo a cabo las veces necesarias.

B.M.: Cuando acude un cliente por primera vez a su clínica, ¿Qué es lo primero que hacen?
A.M.B.: Estudiar su problema y brindarle las soluciones reales que puede tener. Es importante explicarle muy bien lo que se puede hacer y aquello que no está recomendado en su caso.

B.M.: ¿Cómo realiza su clínica el programa individualizado?
A.M.B.: Partiendo de la base de que cada paciente es único y exclusivo. Sólo de esta manera se puede atajar su deterioro físico (conociendo su forma de vida habitual –actividades al aire libre o en espacios cerrados– sus aficiones, etc.), para estimar qué productos son los mas recomendables en su tratamiento.

B.M.: ¿Porqué utiliza el bótox?
A.M.B.: Primero querría puntualizar que el “bótox” como tal no es una marca, es la sustancia en general. La marca que utilizamos en nuestro Centro es Vistabel, porque personalmente me satisfacen plenamente sus resultados. Sin menoscabo de otras marcas, trabajo muy bien con esta.

B.M.: ¿Porqué cree que el bótox tiene tantos detractores?
A.M.B.: ¿Tiene tantos detractores?... A mi me parece que quienes lo prueban (bien manipulado a nivel medico y bien aplicado), ya no pueden –en sentido figurado– vivir sin él. En realidad por desconocimiento.

B.M.: ¿Cuáles son las ventajas de aplicar bótox?
A.M.B.: Que sus efectos se perciben casi de inmediato. Que persisten durante bastantes meses. Que, sin embargo, sus resultados son reversibles para aquellos que no se sienten satisfechos. Que “borra” literalmente las arrugas. Que no tiene efectos secundarios y que su precio es muy asequible.

B.M.: ¿No tiene ningún efecto secundario?
A.M.B.: No, es una de sus ventajas.

B.M.: ¿Y los inconvenientes?
A.M.B.: Que si no se pincha correctamente puede variar la expresión del rostro elevando, por ejemplo, las cejas en exceso. Y, en rarísimas ocasiones, es posible que “relaje” en exceso un párpado que se cerraría más que el otro. Aunque sería reversible si así ocurriese.

B.M.: ¿Sus efectos son a largo plazo?
A.M.B.: No. A largo plazo sus efectos desaparecen y hay que repetir las aplicaciones. Sus efectos dejan de percibirse. La toxina deja de actuar sobre el músculo, que recupera su actividad normal.

B.M.: ¿Qué conocimientos se han de tener para aplicar el bótox?
A.M.B.: Debería tenerse un profundo conocimiento de la anatomía humana y principalmente facial, que es mi especialidad, para calibrar a qué nivel se inyecta (superficial o profundo, en el punto preciso y con la técnica indicada) y que cantidad.

B.M.: ¿Cómo puede un paciente saber si el centro donde le van a aplicar bótox cuenta con profesionales acreditados?
A.M.B.: El paciente debe informarse. Los periodistas sois un aval porque cuando mencionáis a un profesional es porque, sin duda, habéis constatado que hace las cosas del modo debido. Con esto quiero decir que los medios de comunicación son importantes mediadores. Y por supuesto, constatando la titulación del médico y los permisos y solvencia del Centro.

B.M.: ¿Produce adicción el bótox o sus efectos?
A.M.B.: El espejo puede ser muy cruel reflejando el paso de las huellas del tiempo. ¿A quién no le satisface ver su imagen tal y como era antes?... Seguro que eso crea adicción.

B.M.: ¿Cree que los pacientes que han usado alguna vez el bótox y han comprobado sus efectos, abusan del tratamiento a la larga?
A.M.B.: Es que el bótox tiene unos tiempos. Su acción se prolonga de cinco a seis meses, en los que no resulta necesario incidir en el tratamiento. Incluso resulta desaconsejable.

B.M.: ¿No piensa que hay muchas famosas que se nota que han usado bótox porque parece que hayan abusado del producto?
A.M.B.: No es que hayan abusado, es que seguramente no se lo han puesto del modo debido. Y entonces la expresión del rostro varia y las cejas se elevan. Eso no favorece nada.

B.M.: ¿Les dice a sus pacientes que la toxina botulínica es en realidad una toxina muy potente, o prefiere no alarmarlos?
A.M.B.: Es una toxina aprobada por Sanidad y, por tanto, con la potencia precisa para aquellos fines que se requiere (sirve también para corregir estrabismos, para evitar la sudoración excesiva en manos, axilas y pies, etc,...).

B.M.: ¿Cómo se aplica en su clínica el bótox?
A.M.B.: De la manera mas rigurosa posible y, por supuesto, teniendo siempre en cuenta las contraindicaciones de la toxina, que son los embarazos, los períodos de lactancia y los tratamientos con anticoagulantes.

B.M.: ¿Cómo se manipula?
A.M.B.: Respetando la temperatura adecuada a la que debe estar el producto (de dos a ocho grados). Y si es necesario, añadiéndole suero fisiológico a un 1,5%.

B.M.: ¿Qué tiene su clínica que no tengan otros centros?
A.M.B.: Estamos especializados sólo en facial y, por lo tanto, centrados absolutamente en los tratamientos de este tipo.

B.M.: ¿Cuáles fueron sus inicios?
A.M.B.: Mis comienzos médicos, que a posteriori me han servido de mucho, fueron a través de la medicina del dolor en la que debía llevar a cabo infiltraciones y acupuntura. Eso me ayudo al conocimiento profundo del comportamiento de los músculos, tan necesario en la aplicación de la toxina.

B.M.: ¿Cómo empezó a labrarse un nombre?
A.M.B.: Trabajando mucho e intentando dar la respuesta correcta a las necesidades expresadas por los pacientes. Estando a la última en cualquier nueva técnica médico-estética, mediante la asistencia a los mas importantes congresos médicos. Y apoyándome en mi gabinete de prensa para comunicárselo a los medios y, a través de ellos, al público final.

B.M.: ¿Cuál ha sido momento clave de su carrera?
A.M.B.: No es fácil determinarlo, pero quizás aquel en el que decidí dedicarme exclusivamente a la Medicina Estética Facial.

B.M.: ¿Cómo se definiría profesionalmente?
A.M.B.: Como una profesional honesta, que defiende por encima de todo y como doctora, la salud de sus pacientes. Es decir, la prudencia a la hora de aplicar los diferentes tratamientos médico-estéticos.

B.M.: ¿Cuál es su máxima?
A.M.B.: Tratar a los demás como me gustaría que me trataran a mí.

B.M.: ¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?
A.M.B.: Ayudar a la gente a liberarse de sus complejos o de aquello que más les molesta de su físico.

B.M.: ¿De qué forma ha evolucionado el sector en los últimos años?
A.M.B.: Creo que sobre todo en lo que se refiere a las máquinas. Me refiero a los diferentes tipos de láser, de radiofrecuencia etc. Pero también tengo que decir que, a pesar de ellos, en mi opinión, algunos equipos no consiguen los resultados que prometen.

B.M.: ¿Cuáles son las principales novedades del sector?
A.M.B.: Creo que tienen una importancia enorme las referidas a las células madre, que ya no son ciencia ficción sino una realidad cercana.

B.M.: ¿Cómo está actualmente el sector?
A.M.B.: Quizás un poco sobrecargado. En esta especialidad hay que ser muy riguroso y muy serio, y estas premisas no siempre se cumplen. Eso le hace mucho daño al sector.

B.M.: ¿Cuál cree que es el futuro del sector?
A.M.B.: La superespecialización. Ya dice el refrán que “el que mucho abarca, poco aprieta”. Y también la diferenciación total de lo que son tratamientos médico-estéticos con respecto a los de los centros meramente estéticos.

B.M.: ¿Cuál es su proyecto futuro?
A.M.B.: Perfeccionar aún más, si cabe, las técnicas que practico en “sólo facial”, e incorporar aquellas que requieran los nuevos productos que aparezcan en el mercado y que hayan demostrado su inocuidad y eficacia.

B.M.: ¿Cómo se ve en el futuro?
A.M.B.: ¿No dicen que el futuro es hoy?... Pues cada día intento adaptarme a él ejerciendo mi profesión de la manera más ética posible. No puedo olvidar que soy perfeccionista.

B.M.: ¿Cómo es cuando no trabaja?
A.M.B.: Una persona amante de su familia, de su casa y con aficiones como el campo y la micología, aunque solo me dedico a aquellas setas y hongos que conozco, porque a ese respecto tampoco hay que correr riesgos jamás.

B.M.: ¿Dedica a su actividad demasiado tiempo?
A.M.B.: Creo que le dedico el tiempo necesario, que a veces ciertamente es mucho… Pero ¿cómo medirlo?... No se puede escatimar ni un minuto de aquellos que cada tratamiento requiere.

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